martes, 24 de junio de 2014

Orígenes de Talavera de la Reina

Su localización natural en un eje de comunicaciones Norte-Sur y Este-Oeste ha articulado la ciudad en torno al mismo, recibiendo y aportando, al tiempo, influencias de todas las culturas. 

Cabecera de una amplia comarca natural de la que merece destacar por su entorno paisajístico, por su historia, etnografía y por su potencial turístico las comarcas de La Jara, la Sierra de San Vicente y el Campo de Arañuelo.

Aunque desde la prehistoria se constata la ocupación de este amplio espacio en la vega tagana, debemos situarnos en el momento histórico de su ocupación por los pueblos célticos que nos han dejado su huella arqueológica. 

Así nos ha quedado el testimonio de la cultura de los Dólmenes, la de los Verracos -cuya muestra más sobresaliente es la existencia de cinco esculturas zoomorfas en su término municipal-, las influencias de la Edad del Hierro II, atestiguadas en el inmediato yacimiento del arroyo Manzanas o la hibridación de los pueblos lusitano y vetton.

La ciudad se construyó sobre el espigón natural formado por la confluencia del arroyo de La Portiña con el río Tajo. 

Seguramente sobre una ocupación prerromana anterior. Pero fueron los romanos, plenamente conscientes de su estratégica localización natural, los que potenciaron el desarrollo de esta amplia comarca natural. Talavera era una urbe pujante en el siglo I después de Cristo bajo el nombre de Cesaróbriga. 

No en vano nuestra ciudad cuenta con el mayor corpus de epigrafía latina de la provincia.

 A ello que hay que añadir los recientes descubrimientos arqueológicos al sur de la ciudad donde, entre otras construcciones y objetos, han aparecido restos de termas y una representación de Hércules en bronce datado en torno al siglo III.

Los visigodos, pueblo denominado bárbaro pero asimilado por la cultura hispanorromana, dejaron su impronta y ocuparon el estrato superior de los romanos. El ejemplo más claro es la Villa del Saucedo a unos kilómetros de la ciudad; aunque son numerosos los testimonios dejados en entornos arqueológicos similares en las cercanías de la misma. 

Durante el reinado de Wamba se creó un obispado dependiente del Metropolitano de Mérida, en un paraje próximo denominado Aquis, donde estaría enterrado San Pimenio.

Fuente: http://www.talavera.org/index2.cfm?codigo=0020

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