sábado, 28 de noviembre de 2015

Historia de Calzada de Oropesa

La Calzada de Oropesa debió estar poblada desde tiempo inmemorial. Diversos restos arqueológicos encontrados en su término municipal, como hachas y lascas de la edad de piedra, así lo ponen de manifiesto. 

El hallazgo de un bulto de verraco encontrado al remodelar una vivienda al oeste de su iglesia parroquial, hacia mediados del siglo pasado, hace suponer que La Calzada fue un primitivo castro celta. 

Los verracos, figuras zoomorfas talladas en granito, casi siempre de machos porcinos, se solían poner a la entrada de los castros como símbolo protector de los rebaños del pueblo vetón de origen celta-ligur que pobló esta zona desde el siglo V a. C. hasta fusionarse con el mundo romano en el siglo I.

Se presume que fue fundación romana como consecuencia del paso de la calzada romana que unía las ciudades de Emérita Augusta (Mérida) y Toletum (Toledo), habiéndose descubierto una necrópolis tardorromana junto a la Laguna de las Limas.

Fue lugar de la jurisdicción de Oropesa hasta el 20 de febrero de 1642 en que el Rey Felipe IV la declaró Villa, junto con otro lugar llamado Carrascalejo, y le concedió jurisdicción propia, libre del Señorío del Conde de Oropesa, con su Concejo, Juez y atribuciones para regirse ella sóla. Se la llamó La Calzada y Carrascalejo.

El primer Alcalde, nombrado por el rey Felipe IV en la Real Cédula del Título de Villa, fue D. Francisco García de la Herrera y el Teniente de Alcalde, D. Bartolomé Sarro. Regidores: Marcos Rico y Manuel Cuadrado. Procurador General: Sebastián Sarro. Alguacil: Francisco de Robles. Escribano: Francisco Rodríguez Salazar.

El 30 de Enero de 1642 se celebra el primer Juicio: Francisco Martín de Gabriel Martín puso demanda a Sebastián Cebadera por deberle 25 reales.

El 31 de Enero se notifica que se ponga la Horca con dos sogas de esparto en el Pradillo y Cotanillo de Domingo Moreno, junto a la huerta de Dª María, y la Picota con un cuchillo para que sirva de insignia de tal villa en la plaza pública, por ser los dos sitios más públicos de la villa.

La Horca se levantó con tres palos. La Picota fue un cuartón hincado en la tierra. La pena estipulada para quien quitara la Horca o la Picota era la muerte.

Con la anexión de Carrascalejo, el término de La Calzada se redondeó con 14504 ht y 75 áreas, el mayor del viejo Señorío, después de Oropesa. Pedro de Soto (natural de Domingo Pérez) fue quien midió e hizo el reparto de tierras de los lugares eximidos del Condado de Oropesa.

Debido al auge de La Calzada, desapareció Carrascalejo posteriormente, quedando de este lugar, la fuente de piedra en lo que sería su plaza principal, llamándose el lugar en la actualidad, "Carrasca". 

A la Calzada se la llamó "de Oropesa" para distinguirla de otras villas que llevan su mismo nombre.
Su riqueza y la base de su existencia son la agricultura y la ganadería. En tiempos pasados, a los moriscos se debió el auge del olivar y la cría del gusano de seda. A los judíos y conversos, la fábrica de seda, los telares y las tenerías. En la antigüedad llegó a tener 30 telares y 5 molinos de aceite.


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