Los relieves de los dorsales de la sillería baja de la catedral de Toledo no constituyen una crónica detallada de las campañas de la guerra de Granada sino, en palabras de Felipe Pereda, "la selección de unos pocos modelos o arquetipos que alternan con algunas contadas escenas de carácter bélico, las cuales, ..., si reproducen detalles históricos".
Es el caso del relieve del primer estalo del lado de la Epístola -nada más entrar en el coro a mano izquierda-, que corresponde al asalto y conquista de Alhama el 28 de febrero de 1482; según las crónicas fue quizás el primer hecho notable de la guerra de Granada.
En el tablero se refleja cómo el ejército cristiano ataca con vehemencia la ciudad; la representación muestra un conjunto de acciones y medios de ataque y defensa variados. En uno de los torreones que defienden la puerta de entrada una inscripción indica el nombre de la ciudad: "alhama"; la plaza era clave para las comunicaciones entre Granada y Málaga.
Es el caso del relieve del primer estalo del lado de la Epístola -nada más entrar en el coro a mano izquierda-, que corresponde al asalto y conquista de Alhama el 28 de febrero de 1482; según las crónicas fue quizás el primer hecho notable de la guerra de Granada.
En el tablero se refleja cómo el ejército cristiano ataca con vehemencia la ciudad; la representación muestra un conjunto de acciones y medios de ataque y defensa variados. En uno de los torreones que defienden la puerta de entrada una inscripción indica el nombre de la ciudad: "alhama"; la plaza era clave para las comunicaciones entre Granada y Málaga.
Otro de los relieves que representa escenas reales de la contienda es uno de los tableros del rincón del lado de la Epístola, de difícil visión, en el que se escenifica la batalla de Lucena, la muerte de Alitar y la prisión de Muhammad XI -Boabdil-, que tuvo lugar en abril de 1483.
A este último los reyes le reconocerían como emir de Granada contra su padre Abu'l-Hasan generalizando así la guerra intestina en Granada, donde el emir viejo sería sustituido por su hermano "El Zagal". En el relieve figura un combate a la vista de una ciudad sobre cuyas murallas aparece su nombre "Xornas" (por "Xezna"); en palabras de Mata Carriazo "un grupo de moros huye perseguido por los cristianos, que los acosan".
A este último los reyes le reconocerían como emir de Granada contra su padre Abu'l-Hasan generalizando así la guerra intestina en Granada, donde el emir viejo sería sustituido por su hermano "El Zagal". En el relieve figura un combate a la vista de una ciudad sobre cuyas murallas aparece su nombre "Xornas" (por "Xezna"); en palabras de Mata Carriazo "un grupo de moros huye perseguido por los cristianos, que los acosan".
Hasta el estudio de Mata Carriazo los relieves fueron bastante mal conocidos por los historiadores de arte; quizás el trabajo más interesante fue el que publicó Manuel de Assas en 1848 con doce dibujos no siempre muy fieles -adjunto miniatura del de la rendición de Alora- acompañados de una breve noticia histórica discutible para Carriazo pero con interesantes datos anecdóticos.
Dice p.e. en el texto que acompaña al grabado de la "Entrega de Alora": "... Isabel la Católica convocaba y reunía en Córdoba á sus caballeros, capitanes, gentes de armas, mil peones, ballesteros y espingarderos; hacía traer muchos carros, madera, hierro, piedras y canteros para labrarlas, y todo lo necesario para preparar las "lombardas" y otros "tiros de pólvora" de su artillería, con arreglo á las disposiciones de maestros traídos de Francia y de Alemania; tomaba alquiladas muchas bestias y carretas para transportar las cosas precisas para los combatientes... y creyendo la Reina que su augusto esposo emplearía aún largo tiempo en celebrar las Córtes de Aragón, encargó la capitanía general de su hueste al Cardenal de España [don Pedro González de Mendoza]...".
La rendición y entrega de Alora -asegura Valera que se tomó el 17 de junio de 1484-, es un suceso que narran muchos de los cronistas. De su cerco cuenta Pulgar: "... El rey, puesto su real, mandó asentar la artillería e que tirasen a ciertas partes del muro y de las torres... Asentadas las lombardas grandes, comenzaron a tirar e derribaron dos torres e una gran parte del muro.
E como aquella parte del muro fue caída, los moros trabajaron para facer otro muro de tapia por dentro para se defender: pero los ribadoquines [antigua pieza de artillería] e otros tiros de pólvora tiraban tantas veces a aquella parte do el muro había caido, que los moros no tenían lugar de facer ninguna defensa dentro ...".
En el relieve de la sillería se muestra al alcaide, una rodilla en tierra, presentando las llaves de la plaza a don Fernando que a caballo extiende la mano en ademán de tomarlas.
En el relieve de la sillería se muestra al alcaide, una rodilla en tierra, presentando las llaves de la plaza a don Fernando que a caballo extiende la mano en ademán de tomarlas.
La mayor parte de los dorsales ofrecen la progresiva caída de las plazas, el triunfo de los Monarcas y su actitud clemente con los vencidos; es decir presentan una imagen ejemplar de la historia.
Así, en la parte derecha del relieve en que se representa el "Asalto y entrega de Ronda" -el episodio más importante de la campaña de 1485-, se muestra al alguazil de la ciudad, Alhaquin, que besa la mano del rey Fernando montado a caballo; con el "besamanos", característico del vasallaje feudal, se producía el acuerdo entre vencedor y vencido quedando éste sometido a la soberanía del anterior.
Así, en la parte derecha del relieve en que se representa el "Asalto y entrega de Ronda" -el episodio más importante de la campaña de 1485-, se muestra al alguazil de la ciudad, Alhaquin, que besa la mano del rey Fernando montado a caballo; con el "besamanos", característico del vasallaje feudal, se producía el acuerdo entre vencedor y vencido quedando éste sometido a la soberanía del anterior.
En la parte izquierda del relieve se escenifica "uno de los asaltos que hubieron de darse en aquel memorable asedio.
Los cristianos están, unos escalando el muro ya hendido, mientras que otros los protegen, ofendiendo con sus armas á los moros que sobre los adarves tratan de repelerlos ya peleando con arma blanca, ya lanzando enormes piedras.
Los cristianos están, unos escalando el muro ya hendido, mientras que otros los protegen, ofendiendo con sus armas á los moros que sobre los adarves tratan de repelerlos ya peleando con arma blanca, ya lanzando enormes piedras.
Debajo de la escala se ve pelear cuerpo á cuerpo un cristiano con un moro á quien tiene bajo de sí y á quien amenaza con el brazo derecho, que por faltar en la escultura aparece roto en nuestro dibujo"; son palabras de Manuel de Assas.
Uno de los pocos relieves en que la rendición de la plaza se realiza ante la reina Isabel es el que presenta el cerco y rendición de Moclín (junio de 1486).
De las puertas de la ciudad salen tres moros que se dirigen hacia la reina que encabeza un grupo en el que destaca la infanta Juana y el alférez que sostiene la bandera real. Otro grupo de jinetes figura encabezado por el cardenal Mendoza.
Cuenta Carriazo que "al rey no se le representa porque, mientras la reina se aposentaba en Moclín, él había ido con la mayor parte de la caballería a talar la vega de Granada".
De las puertas de la ciudad salen tres moros que se dirigen hacia la reina que encabeza un grupo en el que destaca la infanta Juana y el alférez que sostiene la bandera real. Otro grupo de jinetes figura encabezado por el cardenal Mendoza.
Cuenta Carriazo que "al rey no se le representa porque, mientras la reina se aposentaba en Moclín, él había ido con la mayor parte de la caballería a talar la vega de Granada".
En opinión de Mata Carriazo suceso capital de la guerra de Granada fue el asedio de Vélez-Málaga. El rey Fernando hizo su entrada en la plaza el jueves 3 de mayo de 1487, y la ceremonia de toma de posesión de la ciudad -tema principal de todos los relieves-, la cuenta así Varela: "el provisor de Villafranca fizo toldar una calle de ramos verdes y espadañas, de la nueva iglesia fasta un tiro de piedra fuera de la çibdad, que sería todo cerca de un tiro de ballesta.
E quando el rey quiso entrar en la çibdad con todos los grandes que con el venían, fue recibido con solemne procesión de los perlados e religiosos e clérigos que allí estavan, cantando todos "Te Deum laudamus". Y en llegando el rey a la puerta de la çibdad, el provisor de Villafranca le entregó las llaves e le fizo la siguiente habla ...".
En el relieve se muestra al rey seguido del cardenal Mendoza que recibe a tres jefes moros que le hablan con aire sumiso; es este gesto iconográfico, junto con los otros dos ya vistos de entrega de las llaves y besamanos, el esquema que se repite a lo largo de la mayor parte de los tableros haciendo patente la nueva realidad jurídica de los mudéjares.
En el relieve se muestra al rey seguido del cardenal Mendoza que recibe a tres jefes moros que le hablan con aire sumiso; es este gesto iconográfico, junto con los otros dos ya vistos de entrega de las llaves y besamanos, el esquema que se repite a lo largo de la mayor parte de los tableros haciendo patente la nueva realidad jurídica de los mudéjares.
Todos los historiadores del reinado de los Reyes Católicos narran el episodio del atentado contra los reyes en Málaga en junio de 1487 por un moro llamado Abrahen Algerbí: "Este moro" -cuenta Diego de Valera en su Crónica-, "salió con intençión de matar al rey e la reyna si pudiera, queriendo morir por levantar el çerco de aquella çibdad; el qual creyó que muriendo el rey e la reyna de neçessidad se levantaría ... E porque el rey dormía al tiempo que el moro llegó, ...metiéronlo a la tienda de la marquesa de Moya, que posava ende cerca. ...
Y el moro no sabía ladino[castellano antiguo], e como vido ... [a] la marquesa e a don Alvaro asentado hablando con ella, pensó que fuesen el rey e la reyna. E preguntó al tornadizo que le avía trahido si eran ellos, e por burlar dixo que sí. E como esto oyó el moro puso mano a la espada e tiró una estocada a la marquesa, ... E luego dió a don Alvaro una gran cuchillada en la cabeça, ...
E a las bozes que dieron entraron algunos de la marquesa e mataron al moro. ... y el rey salió enbuelto en una colcha, como estava durmiendo la siesta, e maravillóse mucho de tal caso.
E mandó poner al moro en el trabuco ["máquina de guerra que se usaba antes de la invención de la pólvora, para batir las murallas, torres, etc., disparando contra ellas piedras muy gruesas", RAE 22ª] y echáronlo en la çibdad...". El relieve de la silla 17, justo la anterior a la que muestra la rendición de Málaga ilustra el episodio del atentado contra los Reyes .
E mandó poner al moro en el trabuco ["máquina de guerra que se usaba antes de la invención de la pólvora, para batir las murallas, torres, etc., disparando contra ellas piedras muy gruesas", RAE 22ª] y echáronlo en la çibdad...". El relieve de la silla 17, justo la anterior a la que muestra la rendición de Málaga ilustra el episodio del atentado contra los Reyes .
Manuel Assas en 1848, esta vez con bastante fidelidad, reproducía en su "Album artístico de Toledo" el tablero del atentado.
En el relieve que representa la rendición de Málaga el paisaje terrestre ha sido sustituido por unas ondas rizadas que representan el mar.
El rey Fernando, acompañado por el cardenal Mendoza -el promotor de la sillería de coro de la catedral de Toledo-, y otros caballeros, cabalgan hacia las puertas de la ciudad de Málaga por donde aparecen tres moros ancianos y dos trompeteros prestos a rendir las llaves de la ciudad; Diego Valera escribió en aquellos años: "salieron de la çibdad el alguacil Zegri y el Dordux y Abenamar, que eran los hombres más principales, e fuéronse al comendador mayor de León, ..., el qual, ...,los llevó al rey".
El rey Fernando, acompañado por el cardenal Mendoza -el promotor de la sillería de coro de la catedral de Toledo-, y otros caballeros, cabalgan hacia las puertas de la ciudad de Málaga por donde aparecen tres moros ancianos y dos trompeteros prestos a rendir las llaves de la ciudad; Diego Valera escribió en aquellos años: "salieron de la çibdad el alguacil Zegri y el Dordux y Abenamar, que eran los hombres más principales, e fuéronse al comendador mayor de León, ..., el qual, ...,los llevó al rey".
El cerco de Málaga duró desde el 7 de mayo hasta el 18 de agosto de 1487; después de muchas incidencias -"las cosas del cerco de Málaga", escribe Bernáldez, "no hay quien contarlas todas pueda"-, llegó la rendición.
Se ha conservado la cédula de la capitulación final de Málaga. Los moros, chicos y grandes, podían rescatarse pagando por cabeza 30 doblas de oro de 22 quilates o "zahenes" [valorada cada una de ellas en 445 maravedis]; los moros rescatados no podían quedarse en tierras de Granada, conquistadas o por conquistar, y debían pasar a África, en barcos proporcionados por los reyes, o bien quedar en tierra de cristianos.
"Nunca pude saber", cuenta Bernáldez, "cuantas ánimas fueron las del rescate, empero la ciudad era de más de 3.000 vecinos ... yo creo que pasaban de 11.000 ánimas ...". Manuel de Assas en su "Álbum artístico de Toledo" atribuye erróneamente a esta relieve de la rendición de Málaga la representación de la Entrega de Beles (Vélez Málaga).
Publicado por Luis Planas Duro
http://esculturacastellana.blogspot.com.es/search/label/Siller%C3%ADa%20de%20coro%20de%20la%20catedral%20de%20Toledo
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