Tembleque fue una villa que se distinguió durante el Antiguo Régimen en la fabricación de géneros de seda, especialmente en el de las medias de punto de aguja. Esta actividad era controlada por los comerciantes en medias de seda de aguja (en 1752 había 13), quienes compraban la materia prima, generalmente en Murcia, la daban a tintar y luego la entregaban a las mujeres de la localidad para tejerlas.
En este quehacer se hallaban inmersas casi todas las mujeres de la, localidad, no importaba el estado, clase y calidad social, desde la edad de ocho años. Era una manera muy positiva y cómoda de ayudar a la economía del hogar, pues trabajaban en casa. Solían hacerse al año unos 30.249 pares de todos los tama- ños, para hombre, mujer o niño.
Su distribución y beneficio era el siguiente:
Tamaño regular: 7.453 pares para hombre: se pagaba por su hechura 7 reales/par. 3.304 pares para mujer: se pagaba por su hechura 5 reales/par.
Tamaño mediano: 6.497 pares para hombre y mujer: se pagaba por su hechura 2 rs y 17 mrs./par. 12.995 pares para niños mamones: se pagaba por su hechura I real y 27 mrs./par. Su variedad era bastante amplia. Las había negras o de colores de hombre, de 5, de 4 y de 3 onzas el par; de mujer, común de colores, de 2/3, de 1/2 y de 1/3 de colores.
El sistema se hallaba constituido, como decíamos, por una red de comerciantes que controlaban producción y comercio, a los cuales para fijar sus ganancias había que descontar de las utilidades que se les calculaban los portes, tintura, hechura pagada a las mujeres (30 reales por libra trabajada) y transporte a las ferias del producto:
Gabriel Hernández Alejo: Tenía comercio en Cádiz. Beneticiaba unas 100 libras de seda anuales. Se le calculaban unos beneficios anuales de 1.391 rs. 6 mrs.
Cristóbal de Toledo: Beneficiaba unas 37 libras de seda y venía a vender al año 224 pares de medias, obteniendo una utilidad media de 514 rs. y 25 mrs.
Nicolás Díaz Gamero: Desde el año 1749 al 1753 trajo una media de 600 libras de seda de Murcia, que se quedaban después de teñirlas y aderezarlas en 478 libras. Vendía unos 4.125 pares de medias negras y de color. Se le calculaba una ganancia anual de 8.347 rs. y 2 mrs.
Miguel Martín de Arriba: Gastó en seda entre 1749 y 1753 una media de 254 libras al año, que en limpio se reducían a 199. Vendía por año unos 1.1719 pares. Los beneficios que obtenía se consideraban en 3.477 rs. y 32 mrs.
Diego de Aparicio: Su gasto medio en seda desde 1749 a 1753 fue de 137 libras, reduciéndose a 109 tras ser limpiadas. Cada libra le costaba 61 reales. Anualmente venía a vender 745,5 pares y su utilidad anual se le calculaba en 1.905 rs. y 31 mrs.
Gregorio Martín de la Peña: Durante los mismos años que el anterior gastó una media de 78 libras de seda cruda al año, que, limpiadas, se reducían a 62 libras. Se le contabiliza una venta media anual de 524, 5 pares y una utilidad de 1.085 rs. y 4 mrs.
Francisco de Flores: Entre 1749 y 1753 trajo una media anual de 300 libras de seda cruda, que quedaban mermadas tras su limpieza a 239 libras. Vendía anualmente de media 2.062, 5 pares de medias y su beneficio era de 4.173 rs. y 18 mrs.
Francisco Ramos de Soto: En los mismos años que los anteriores gastó en seda una media de 150 libras, que quedaban reducidas en limpio a 1I9.Solía vender anualmente 1031 pares y se le valora una ganancia de 1.9186 rs. y 26 mrs. al año.
José de Vega Maldonado: Su media anual de gasto de seda era de 82 libras en crudo, que quedaban reducidas en limpio a 65,5 libras. Se le computaba una venta de 555,5 pares al año, con un rendimiento de 1.140 rs. y 26 mrs.
Fernando Martínez de la Huerta: Se le computa una media anual de 45 libras de gasto, que se acortaban a 36 después de efectuar su limpieza, y una venta de 307,5 pares. 207 José Sánchez de la Oliva: Gastó 200 libras de seda de media entre los años 1749 y 1753, las cuales quedaron reducidas tras su limpieza a 159,6 libras. Se le considera una venta de ] .375 pares al año y un fruto de 2.782 rs. y 12 mrs.
José Nieto Magdaleno: Entre esos mismos años gastó una media de 750 libras de seda anuales que disminuían hasta quedar en 598 tras efectuar su limpieza. Su venta llegaba a los 5.155,5 pares de medias anuales y su rendimiento a los 10.433 rs. y 28 mrs.
Jnan Díaz Casasbuenas: Gastó de media en seda en los cinco años antedichos 274 libras, que mermaron con su limpieza hasta las 218. Se le calculaba una venta anual de 1.825,5 pares y una renta de 3.811 rs. y 28 mrs.
Juan Martín de la Peña: Se le contabilizan el gasto anual medio 135 libras de seda que se reducen a 107,5 limpias. Se le computa una venta de 932 pares al año y se le considera una ganancia, también anual, de 1.878 rs. y 3 mrs".
Después de estar siempre bajo la tutela u ordenamiento del gremio de Toledo y de lo que requerían los comerciantes de esta ciudad (aunque en la mayoría de las ocasiones marcharon por libre, sin ajustarse a las ordenanzas de aquel, de ahí las continuas quejas de los fabricantes de medias de la ciudad del Tajo), a mitad del siglo XVIII los fabricantes de esta villa formaron unas ordenanzas propias por las que pretendieron regirse. Para ello elevaron su propuesta a la Junta General de Comercio, solicitando su aprobación.
Este organismo lo remitió a Toledo el 27 de octubre de 1757 para que el corregidor emitiese su opinión y requiriese la de algunos expertos. Al mismo tiempo, la justicia de la villa de Tembleque había enviado un escrito proponiendo el peso y precio que debían tener las medias de seda allí fabricadas para que se mantuviese su labor, sobre lo que también, don Francisco Fernández de Samieles, Secretario de la Junta, desea conocer la opinión de personas inteligentes y conocedoras de esta industria.
http://realacademiatoledo.es/wp-content/uploads/2014/02/files_anales_0043_09.pdf
Gregorio Martín de la Peña: Durante los mismos años que el anterior gastó una media de 78 libras de seda cruda al año, que, limpiadas, se reducían a 62 libras. Se le contabiliza una venta media anual de 524, 5 pares y una utilidad de 1.085 rs. y 4 mrs.
Francisco de Flores: Entre 1749 y 1753 trajo una media anual de 300 libras de seda cruda, que quedaban mermadas tras su limpieza a 239 libras. Vendía anualmente de media 2.062, 5 pares de medias y su beneficio era de 4.173 rs. y 18 mrs.
Francisco Ramos de Soto: En los mismos años que los anteriores gastó en seda una media de 150 libras, que quedaban reducidas en limpio a 1I9.Solía vender anualmente 1031 pares y se le valora una ganancia de 1.9186 rs. y 26 mrs. al año.
José de Vega Maldonado: Su media anual de gasto de seda era de 82 libras en crudo, que quedaban reducidas en limpio a 65,5 libras. Se le computaba una venta de 555,5 pares al año, con un rendimiento de 1.140 rs. y 26 mrs.
Fernando Martínez de la Huerta: Se le computa una media anual de 45 libras de gasto, que se acortaban a 36 después de efectuar su limpieza, y una venta de 307,5 pares. 207 José Sánchez de la Oliva: Gastó 200 libras de seda de media entre los años 1749 y 1753, las cuales quedaron reducidas tras su limpieza a 159,6 libras. Se le considera una venta de ] .375 pares al año y un fruto de 2.782 rs. y 12 mrs.
José Nieto Magdaleno: Entre esos mismos años gastó una media de 750 libras de seda anuales que disminuían hasta quedar en 598 tras efectuar su limpieza. Su venta llegaba a los 5.155,5 pares de medias anuales y su rendimiento a los 10.433 rs. y 28 mrs.
Jnan Díaz Casasbuenas: Gastó de media en seda en los cinco años antedichos 274 libras, que mermaron con su limpieza hasta las 218. Se le calculaba una venta anual de 1.825,5 pares y una renta de 3.811 rs. y 28 mrs.
Juan Martín de la Peña: Se le contabilizan el gasto anual medio 135 libras de seda que se reducen a 107,5 limpias. Se le computa una venta de 932 pares al año y se le considera una ganancia, también anual, de 1.878 rs. y 3 mrs".
Después de estar siempre bajo la tutela u ordenamiento del gremio de Toledo y de lo que requerían los comerciantes de esta ciudad (aunque en la mayoría de las ocasiones marcharon por libre, sin ajustarse a las ordenanzas de aquel, de ahí las continuas quejas de los fabricantes de medias de la ciudad del Tajo), a mitad del siglo XVIII los fabricantes de esta villa formaron unas ordenanzas propias por las que pretendieron regirse. Para ello elevaron su propuesta a la Junta General de Comercio, solicitando su aprobación.
Este organismo lo remitió a Toledo el 27 de octubre de 1757 para que el corregidor emitiese su opinión y requiriese la de algunos expertos. Al mismo tiempo, la justicia de la villa de Tembleque había enviado un escrito proponiendo el peso y precio que debían tener las medias de seda allí fabricadas para que se mantuviese su labor, sobre lo que también, don Francisco Fernández de Samieles, Secretario de la Junta, desea conocer la opinión de personas inteligentes y conocedoras de esta industria.
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