domingo, 20 de julio de 2014

Polán durante la Reconquista

Su topónimo “pola” hace referencia a “puebla”, a una repoblación cristiana que se efectuó entre la Reconquista de Toledo por Alfonso VI y la posterior ampliación de las fronteras del sur del Tajo, ya bajo el reinado de Alfonso VII, quien dividió el territorio en cuatro partes, una para Domingo Abumelec, y tres para el mozárabe Miguel Azarafi, quien repartió la mitad entre cuarenta y seis pobladores que, mediante una carta puebla, fundaron Polán.

Durante la Reconquista, la zona de Polán siguió siendo estratégica. 

En 1085 Alfonso VI ocupa Toledo y decide ceder las tierras del actual Polán, incluidas sus rentas, a la Iglesia (Libro de los Privilegios de Toledo, 1086). Comienza entonces la repoblación, fundamentalmente por castellanos, aunque hay que tener en cuenta a la población mozárabe que tenía sus propiedades y trabajaba en los entornos rurales de la ciudad de Toledo. 

Las disputas entre ambos grupos trató el rey de resolverlas con el Fuero de los Mozárabes redactado en Toledo en 1101.

 Los musulmanes intentaron recuperar sus tierras para volver a acceder a Toledo, y se libran dos importantes batallas: una cerca de Pulgar, el 3 de agosto de 1114, y otra en Polán el 21 de agosto de 1116, ambas de resultado discutido por los historiadores. 

Ante la situación de inestabilidad, se decidió la construcción de torres defensivas, como las de Guadamur y Cervatos, para garantizar la seguridad de labradores y habitantes de la zona. En Polán, como en Guadamur, estas construcciones se fueron ampliando paulatinamente hasta convertirse en castillos. 

Alfonso VII cedió el territorio, como villa de realengo, a dos mozárabes, en pago de sus servicios: Miguel Asarafi y Domingo Abumelec. 

El primero obtuvo tres cuartos del total, y, sin hijos legítimos que heredaran su propiedad, cedió la mitad de lo que entonces era Polán a 46 pobladores mediante la concesión de una carta-puebla (1157); la otra parte la destinó Asarafi a atender a pobres y cristianos cautivos, y más tarde pasó a la Orden de Calatrava, que se responsabilizó también del castillo.

El maestre de la Orden denuncia ante el rey Fernando III en 1248 que los alcaldes de Toledo hacen intrusismo en sus terrenos: el proceso acaba con la propiedad de Polán en manos de la Orden, aunque civil y administrativamente pertenece a Toledo.

Fuente: Wijipedia


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