Su carácter electivo, y un dato demoledor: de 34 reyes visigodos, sólo 15 terminaron sus días de muerte natural o en la guerra y diez serían asesinados.
Otros muchos serían destronados mediante diversas argucias, y entre ellos se encontraba Wamba. A continuación, reproducimos un fragmento de "La Aventura de los Godos", de Juan Antonio Cebrián, en el que se da cuenta de su curiosa historia (p. 181):
El 14 de octubre del año 680 la intriga tomó cuerpo en la figura del conde Ervigio, que, abusando de su presunta lealtad, suministró un brevaje o infusión al confiado Wamba, quien tenía por costumbre beber pócimas confeccionadas con hierbas naturales.
A los pocos segundos Wamba caía víctima de un letargo que hizo pensar en una muerte próxima. sin perder un minuto, los nobles conjurados hicieron correr la noticia llamando al obispo Julián para que suministrara el Ordo Poenitentia; este ritual religioso procuraba la tonsura y los hábitos a fin de facilitar el paso a los cielos del fallecido. la sorpresa vino cuando el rey Wamba despertó una vez finalizado el efecto de la droga; sin embargo, ya era demasiado tarde para él, la ley de los godos impedía reinar a cualquiera que vistiera hábitos.
El desconcierto fue general, Wamba trató de recuperar su trono, pero los nobles lo impidieron amparándose en la norma.
Después de esto, al anciano no le quedó más remedio que aceptar su nueva situación, y retirarse a un monasterio en Pampliega (Burgos), donde falleció siete años más tarde, siendo su cadáver trasladado a la iglesia de Santa Leocadia, en Toledo.
Fuente:
http://senderosdhistoria.blogspot.com.es/search/label/DOCUMENTOS%20H%C2%AA%20ESPA%C3%91A
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