Toledo que duerme —no sé si sueña— encaramado en los rocosos y escarpados arribes del Tajo que se lanza desde las sierras que lo regozan en la meseta de Castilla la Nueva (…) Fue la reconquista ibérica, la coronada en Toledo, la que permitió abrir el ciclo maravilloso de los grandes descubrimientos con que españoles y portugueses ensancharon el mundo. Más aún que materialmente o geográficamente, lo ensancharon espiritualmente. Cambió la concepción del mundo. Y todo esto meditaba yo sobre el Tejo de Lisboa recordando el Tajo innavegable de Toledo y soñando en él.
MIGUEL DE UNAMUNO Lisboa y Toledo (1935)
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