viernes, 28 de noviembre de 2014

En tiempos de los Visigodos: la influencia del problema judío en la sublevación de Paulo (I)

Entiendo indispensable para procurar el entendimiento de un momento y de unas actuaciones históricas que intentemos aclarar la situación del llamado problema judío en la España Visigoda. 

Puede parecer algo extraño, como extraño le pareció al autor de este artículo encontrarse con este asunto en el estudio de una sublevación, pero resulta de vital importancia para comprender la misma.

Se ha hablado mucho de la marginación que ha sufrido el pueblo judío, y en ocasiones se ha hablado de forma equívoca. Intentaremos ser prudentes y procuraremos ajustarnos al máximo a los hechos. También procuraremos averiguar si existe el pueblo judío.

La verdad es que, en España, y hasta momentos concretos de la historia, “Los judíos no estaban confinados en un barrio reservado. Es verdad que habían conservado la costumbre de agruparse alrededor de la sinagoga. Existían por lo tanto barrios judíos, pero aparecieron tardíamente hacia el fin del siglo X.” [1]

Como vemos, es un autor judío militante quién nos señala el camino para lograr comprender la situación de lo que conocemos como “gueto”. Se agrupaban alrededor de la sinagoga. Para entendernos en términos modernos, el “gueto” sería algo así como un barrio exclusivo de un sector social con un poder adquisitivo alto, que se agrupa, relativamente apartado de los demás, en base justamente a ese poder económico. Hoy podríamos pensar en las urbanizaciones que están ubicadas alrededor de las ciudades.

Si de ahí surgen algunas otras cuestiones es algo que también habrá que dilucidar. Al respecto, algunos historiadores destacan que “al hablarnos del problema judío en el reino visigodo, y ello de una manera más o menos clara y tajante, que los judíos constituían una minoría social inasimilada; que eran diferentes y “no encajaban en la organización social del momento”… que constituían una raza aparte… ¿pudieron actuar los celos económicos de toda la sociedad hispanovisigoda hacia una minoría escandalosamente rica?”[2]

Esta es una pregunta que escapa al ámbito de este artículo… y a la voluntad de su autor. No obstante, ahí queda la cuestión.

Y en lo relativo a otros aspectos; ¿cómo queda el hecho de la libertad humana de los judíos dentro del mundo visigodo? Decididamente, los judíos “Eran más libres que los siervos y que muchos burgueses. Además, y esto era lo importante, la situación jurídica de los judíos no los rebajaba. No eran tratados a modo de parias; no estando cargados de ningún menoscabo civil o profesional, no quedaban excluidos de la sociedad. A los ojos de sus contemporáneos aparecían como uno de los múltiples engranajes de la sociedad.” [3]

Vamos, poco más hay que decir… Sencillamente eran un engranaje más de la sociedad.

“La diferencia primaria entre judíos y cristianos estriba en el reconocimiento de Cristo como el Mesías y su carácter divino como hijo de Dios y concebido por una virgen, y además en que los judíos siguen los preceptos de la Torá sin los cambios introducidos por los Evangelios.” [4]

“No constituían una raza definida, con una situación jurídicamente inferior a la de los godos y los hispanorromanos. Conviene insistir en ello. Hablar de una raza judía sería como referirse a una raza cristiana. ¿Qué podría quedar de su sangre semítica en gentes dispersas desde siglos, que no excluían, incumpliendo las leyes, el matrimonio mixto y dedicadas además al proselitismo?… De la raza no es posible salir, y los judíos podían hacerlo de su condición judía con un acto de voluntad y un rito; es decir, con sólo hacerse cristianos.”[5]

“Desde muchos puntos de vista, los judíos eran vistos y admitidos como hombres de la misma manera que los demás hombres. No eran objeto de ninguna verdadera discriminación social o económica.” [6]

Sin embargo, hay algo que no se oculta a nadie: En el reino visigodo… y hasta el siglo XVI, se sufrió un gran problema en España; un problema que, al estudiar la rebelión del Dux Paulo brilla con luz propia: el problema judío. ¿Y qué es el problema judío? Creo que como tal se puede entender la voluntad de un grupo de personas por no comprometerse con una sociedad de la que por naturaleza forma parte. El orgullo de sentirse diferentes a los demás, que les lleva a tener el estatuto de extranjero aún siendo naturales del lugar; que prefieren pagar un impuesto especial por el hecho de ser residentes extranjeros antes que sentirse igual que los vecinos con quienes conviven y de los que no les diferencia nada, ni la sangre, ni la raza, porque la raza se halla diluida después de generaciones de cruce racial. Sólo les diferencia del resto de la sociedad su voluntad de ser diferentes, de mantenerse al margen, de influir sobre la vida social sin que ello les reporte obligaciones a ellos… porque ellos tienen sus particularidades.

El problema judío, así, no existe; existe el problema creado por un grupo de personas privilegiadas y en busca de privilegios, que exige la existencia de dos varas de medir: una para ellos y otra para los demás. Es la imposición de una oligarquía sobre la generalidad de la población.

“En la época visigoda la presencia de los judíos en la vida peninsular adquiere un relieve inusitado. Sus riquezas y sus ocupaciones les atraen el odio del pueblo. Por otro lado, a partir de la conversión de Recaredo al Catolicismo la Monarquía visigoda emprende un camino de unificación religiosa que necesariamente había de tropezar con la resistencia de los judíos. El punto culminante de esta política es el edicto de Sisebuto (612-613) que pone a los judíos ante e1 dilema de abrazar el Cristianismo o emigrar.”[7]

Lugar común es afirmar que las riquezas y ocupaciones atraen el odio del pueblo. Afirmación que personalmente no llego a asumir, porque romanos ricos existieron… y como existieron romanos ricos, también existieron ricos de otras razas. ¿Que la concentración de esa cualidad con la de recaudadores de impuestos y con la de usureros diese lugar a recelos y enemistades? Ahí sí lo entiendo, pero… ¿qué similitudes podemos encontrar entre los “judíos” de la edad media y los banqueros de hoy?

En todas estas cuestiones, en la Edad Media y en la Edad Moderna, se identificaba al judío como responsable. Al judío, no como raza, sino como banquero.

Personalmente siento gran admiración por un personaje que vivió los peores momentos del desencuentro con el “pueblo” judío; “Ni ser romano, ni recibir una educación clásica, ni haber nacido en España ni, mucho menos, ser cristiano implicaron en Prudencio un volcarse hacia posturas anti-judías. Todo lo contrario. Como muchos otros hispanos, en él vibró la admiración y la gratitud por el legado pasado de Israel, latió la preocupación por su actual dispersión y por el proceso —aparentemente inevitable— de la asimilación de sus hijos con todo lo que ello implicaba de renuncia a su peculiaridad cultural y espiritual y sonó también la condena de cualquier actitud de violencia hacia los judíos por el hecho de serlo. Esa no era sino una conducta que sólo podía merecer, a ojos del creyente, una repulsa moral sancionada por el Creador.”[8]

El devenir de la historia enfrentó en España a los godos con los hispano-romanos; siglos de lucha llevaron a entroncarse como un solo pueblo, como siglos de historia hicieron entroncarse a las diversas razas que vinieron a España. Mientras tanto, una clase social, tan mezclada racialmente como las otras, se mantenía ahí, ajena, sin comprometerse en empresas que implicasen riesgo, alejados de la agricultura, de la ganadería, ocupándose de tareas que permitiesen abandonar el lugar si venían mal dadas.

Esa situación debía abocar, inexorablemente, a una toma de medidas por parte de la sociedad; medidas que quedaron plasmadas en los Concilios de Toledo… Como hoy mismo, en el siglo XXI, habrá que hacer en algún momento con la actuación de la banca y de las grandes corporaciones en relación con sus “clientes”, o siervos.

Unas leyes como las reflejadas en los Concilios no surgen porque sí. La cuestión es que estamos tocando un momento histórico particularmente oscurantista en el que sólo capítulos como los concilios de Toledo dan algo de luz.

Debemos notar que la Edad Media, que en tantísimas cosas se parece al tiempo que ahora mismo estamos viviendo, adolecía de lo que hoy mismo se adolece: cultura, transparencia, claridad en las exposiciones…, y en el tratamiento de la libertad, el parecido tampoco es precisamente pequeño.

Como muestra de la situación que tiene la Edad Media con relación a otras épocas donde brillan otros conceptos, podemos observar el hecho que ahora nos ocupa: La rebelión de Paulo, y compararlo con el hecho que le precede en este estudio que estoy realizando sobre los movimientos centrífugos: Sertorio.

Resulta que Sertorio fue protagonista de unos hechos acaecidos siete siglos antes que Paulo, y hoy resulta mucho más fácil estudiar a Sertorio que a Paulo. Hay muchos más datos registrados; investigaciones realizadas por historiadores, en los momentos cercanos a los hechos protagonizados por Sertorio, ochenta años antes de Cristo, que en los relacionados con Paulo, 673 años después de Cristo.

En ese oscurantismo, estamos faltos de datos para saber qué fue lo que provocó las medidas antijudías plasmadas en los Concilios de Toledo. Podemos entrever… podemos suponer… pero no podemos afirmar. Por eso, es muy arriesgado también afirmar que “el rey Sisebuto ha pasado a la historia como uno de los exponentes de la intransigencia católica con su intento de que toda la población de su reino fuera de esa confesión.”[9]

Nos parecen duras las medidas, sí; también nos parecerán inaceptables otras medidas ordenadas por los concilios en las que se ordenan hechos inhumanos como retirar los niños judíos de la custodia de sus padres (por cierto, retirar los hijos a sus padres es una medida que hoy se está aplicando por parte de los servicios sociales sobre un sector desprotegido de la población). Medidas inaceptables, sin duda, pero que nunca deben cerrarnos los ojos para la observación de la totalidad, ni deben anularnos para juzgar con inteligencia las actuaciones que con tales medidas se quieren reconducir.

Lo que quiero señalar, insisto, es que el rechazo de medidas tan reprochables como las que estamos comentando, no tienen por qué avalar las actuaciones que tales medidas pretenden cortar. Admitir que las medidas tomadas sean inaceptables no debe comportar aprobar lo que éstas combaten.

Lo que a más de milenio y medio de distancia se deduce es que el Concilio III de Toledo, es esencial para España, aunque la ideología judaica (recuerdo que no es raza) lo vea desde otro ángulo y señale que “El catolicismo se convierte en el único credo. Con ello se ha abierto el camino para el desarrollo futuro. Fue el golpe del destino más duro que cayó sobre los judíos de Europa.” [10] Pero la verdad es que no se trata de una legislación estrictamente antijudía, porque “Se inicia una política dura, dirigida contra los paganos, los arrianos y los fieles a la religión judía. Debe crearse una España católica unida en la que no haya lugar para los disidentes.” [11]

Ahí si, parece, vamos dando un poco de luz al asunto. La del Concilio III de Toledo no es una legislación antijudía, sino la búsqueda de una España unida, que a tenor de los tiempos, debe ser de signo católico.

Once de los concilios de Toledo tratan del problema judío, pero no es un asunto que pueda ser considerado estrictamente visigodo, ya que el Concilio de Elvira, de los años 303 a 309, ya se ocupa del asunto, que también tiene reflejo en el Código Teodosiano (438) y en el Breviario de Alarico (506).

Pasando el tiempo, en el reinado de Sisebuto (612-621) se puede fechar lo que ha sido calificado como “persecución religiosa contra los judíos” en el reino visigodo, un hecho que podemos señalar como forzado por Heraclio, emperador de Constantinopla. El año 612 se comenzó por prohibirles tener esclavos, así como los matrimonios mixtos. Como consecuencia de estas medidas hubo exilio de “judíos” a la Galia.

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[1] Garzón Serfaty, Moisés. Apuntes parauna historia de la judeofobia. http://www.caiv.org/medios/historia_antisemitismo14073.pdf

[2] García Iglesias, Luis. Motivaciones de la política antijudía del reino visigodo en el siglo VII. dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2018675.pdf

[3] Garzón Serfaty, Moisés. Apuntes para una historia de la judeofobia.

[4] Garzón Serfaty, Moisés. Apuntes para una historia de la judeofobia.

[5] García Iglesias, Luis. Motivaciones de la política antijudía del reino visigodo en el siglo VII.

[6] Garzón Serfaty, Moisés. Apuntes parauna historia de la judeofobia.

[7] Colomer, Eusebio. Ramón Lull y el judaísmo. http://ibdigital.uib.cat/greenstone/collect/studiaLulliana/index/assoc/Studia_L/ulliana_/Vol010_f.dir/Studia_Lulliana_Vol010_f1_p005.pdf

[8] Vidal Manzanares, César. Prudencio: Los judíos en la obra de su padre hispano. http://e-spacio.uned.es/fez/eserv.php?pid=bibliuned:ETFSerie2-E766A122-EAB7-0590-8EBB-37BE40C3E695&dsID=Documento.pdf

[9] Cebrián, Juan Antonio. La aventura de los godos. http://es.scribd.com/doc/165157042/Cebrian-Juan-Antonio-La-Aventura-de-Los-Godos-pdf

[10] Garzón Serfaty, Moisés. Apuntes parauna historia de la judeofobia.

[11] Garzón Serfaty, Moisés. Apuntes parauna historia de la judeofobia.

[12] De los Rios, José Amador. Historia social política y religiosa de los judíos de España y Portugal. http://servidormix.com/~redejudi/images/livros/historiadelosjudiosdeespanayportugal.pdf

[13] CORDERO NAVARRO, Catherine. El problema judío como visión del «otro»

en el reino visigodo de Toledo. http://es.scribd.com/doc/78203946/El-problema-judio-como-vision-del-otro-en-el-reino-visigodo-de-Toledo-Catherine-Cordero-Navarro

[14] De los Rios, José Amador. Historia social política y religiosa de los judíos de España y Portugal.

[15] Orlowski, Sabrina Soledad. FIDELES REGIS EN EL REINO VISIGODO DE TOLEDO: APROXIMACIONES PARA SU ESTUDIO DESDE LAS PRÁCTICAS RECIPROCITARIAS. revistas.um.es/mimemur/article/download/133401/123031

[16] Historia Antigua de la Península Ibérica. http://www.oposinet.com/historia/otros_documentos/HISTORIA_ANTIGUA_DE_LA_PENINSULA_IBERICA.pdf

[17] Concilio VIII de Toledo. Colección de Cánones y de todos los concilios de la Iglesia de España y de América

https://play.google.com/books/reader?id=0Mj41Zl8U58C&printsec=frontcover&output=reader&authuser=0&hl=es&pg=GBS.PA213

[18] Colección de Cánones y de todos los concilios de la Iglesia de España y de América

https://play.google.com/books/reader?id=0Mj41Zl8U58C&printsec=frontcover&output=reader&authuser=0&hl=es&pg=GBS.PA396

[19] Concilio VIII de Toledo. Colección de Cánones y de todos los concilios de la Iglesia de España y de América

[20] Concilio VIII de Toledo. Colección de Cánones y de todos los concilios de la Iglesia de España y de América

[21] Concilio VIII de Toledo. Colección de Cánones y de todos los concilios de la Iglesia de España y de América

[22] Concilio VIII de Toledo. Colección de Cánones y de todos los concilios de la Iglesia de España y de América

[23] Concilio VIII de Toledo. Colección de Cánones y de todos los concilios de la Iglesia de España y de América

[24] Historia Antigua de la Península Ibérica.

[25] De los Rios, José Amador. Historia social política y religiosa de los judíos de España y Portugal.

[26] De los Rios, José Amador. Historia social política y religiosa de los judíos de España y Portugal.

Fuente: http://tradiciondigital.es/2013/11/25/ii-intentando-entender-el-s-vii-la-influencia-del-problema-judio-en-la-sublevacion-de-paulo/

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