En la Crónica se nos dice que «estouo los tres días de la pascua de Resurrección»53, sin especificar dato alguno; y por el Itinerario sabemos que Isabel la Católica estuvo deIS al 8 de abril de 1482". Por lo tanto, fue una estancia de paso, de descanso para la Reina que desde Medina del Campo se dirigía a Córdoba para reunirse con don Fernando, de descanso obligado, dado que se encontraba embarazada de siete meses de la infanta doña María, que nacería en Córdoba el día 29 de junio de 1482.
Esta infanta castellana sería la segunda esposa del rey de Portugal don Manuel, el Afortunado, y madre de la Emperatriz Isabel. En Medina del Campo la Reina había comunicado a las gentes de Castilla la toma de la ciudad de Alhama a los moros, y a efectos de la nueva campaña, había solicitado hombres, armas y caballos; y tras obtenerlos se dirigió a Córdoba, pasando por Toledo para reunirse con el Rey.
Esta infanta castellana sería la segunda esposa del rey de Portugal don Manuel, el Afortunado, y madre de la Emperatriz Isabel. En Medina del Campo la Reina había comunicado a las gentes de Castilla la toma de la ciudad de Alhama a los moros, y a efectos de la nueva campaña, había solicitado hombres, armas y caballos; y tras obtenerlos se dirigió a Córdoba, pasando por Toledo para reunirse con el Rey.
2.5. Estancia Quinta: Del 16 al 27 de abril de 1484.
45 Isabel la Católica permanecerá en Toledo tan solo once días, sin la presencia de don Fernando, según nos informa el Itinerario". La presencia de Isabel la Católica se debe a la entrada en la ciudad de Toledo del nuevo Arzobispo, don Pedro González de Mendoza, el Cardenal de España, que será uno de sus principales apoyos hasta su muerte.
En este año de 1484 Fernando del Pulgar nos refiere cómo los Reyes Católicos habían acudido a Tarazona, en donde don Fernando había convocado a las Cortes Aragonesas, con el objeto de atender a las necesidades del Reino y en particular procurar la recuperación del Rosellón y la Cerdaña.
En este año de 1484 Fernando del Pulgar nos refiere cómo los Reyes Católicos habían acudido a Tarazona, en donde don Fernando había convocado a las Cortes Aragonesas, con el objeto de atender a las necesidades del Reino y en particular procurar la recuperación del Rosellón y la Cerdaña.
Dada la situación el Rey quedó en Tarazona, mientras la Reina se dirigía a Toledo con el Cardenal Mendoza para acompañarle en su entrada como arzobispo de Toledo, tras lo cual marcharon juntos hacia Andalucía para emprender una nueva campaña contra el moro en el Reino de Granada. En esta ocasión la Crónica nos describe una antigua costumbre toledana que se practicaba en el recibimiento del nuevo Arzobispo de la Ciudad. Se trataba de un ceremonial especial debido a su alta dignidad eclesiástica. No sólo era el Arzobispo de Toledo, sino el Primado de las España, dado que Toledo desde la época visigoda era la iglesia principal de España.
Los caballeros salían a las afueras de la ciudad, esperando la llegada del Arzobispo, el cual para su entrada solemne se presentaba en una «cavalgadura». Los caballeros, a continuación, formaban un círculo a su alrededor, siempre a pie, dándole escolta, y de esta manera penetraban en la ciudad dirigiéndose hasta las puertas de la «yglesia», es decir, de la Catedral, en donde le esperaba todo el clero toledano. Al llegar allí, el Arzobispo descabalgaba y hacía «oración a la cruz».
Al ir acompañado el Cardenal Mendoza por la Reina Isabel, la clerecía de la ciudad, con el objeto de que se mantuviera la costumbre y la ceremonia debida al nuevo Arzobispo, le suplicaron «entrar en la ~ibdad un día antes que la Reyna entrase» con la finalidad de que los «caualleros oviesen lugar de le facer aquella honra acostumbrada».
Al ir acompañado el Cardenal Mendoza por la Reina Isabel, la clerecía de la ciudad, con el objeto de que se mantuviera la costumbre y la ceremonia debida al nuevo Arzobispo, le suplicaron «entrar en la ~ibdad un día antes que la Reyna entrase» con la finalidad de que los «caualleros oviesen lugar de le facer aquella honra acostumbrada».
La Reina estuvo totalmente de acuerdo con el clero toledano pero no don Pedro González de Mendoza. El prelado argumentó que la provisión de este arzobispado se la debía a la Reina y en consecuencia replicó diciendo «yo reputo la mayor honra e ceremonia que puedo recebir entrar acompañando a vuestra persona real ( ... ) E que dese -dixoesta cerimonia para otro tiempo y lugar».
Y así fue, añadiendo la Crónica, «E no quiso entrar en la ~ibdat saluo con la Reyna, acompañándola»". Muy probablemente esta corta estancia de la Reina Isabel en Toledo también pudo obedecer a que se empezaba a manifestar la presencia de la peste en la ciudad, en donde sabemos como en los primeros meses del verano de 1484 hubo una gran pestilencia •
Y así fue, añadiendo la Crónica, «E no quiso entrar en la ~ibdat saluo con la Reyna, acompañándola»". Muy probablemente esta corta estancia de la Reina Isabel en Toledo también pudo obedecer a que se empezaba a manifestar la presencia de la peste en la ciudad, en donde sabemos como en los primeros meses del verano de 1484 hubo una gran pestilencia •
Estancia Sexta: Del 13 al 16 de febrero de 1487.
Según nos informa el Itinerario", se trata de una estancia de tres días de los Reyes Católicos y la última ocasión en que Isabel la Católica estuvo en Toledo según la Crónica de Fernando del Pulgar.
Es una estancia de paso, los Reyes Católicos desde Medina del Campo se dirigen a Córdoba para reanudar la guerra de Granada, que en este año de 1487 será la campaña de Loja. En Toledo estuvieron los Reyes Católicos: «Algunos días proveyendo en la administración de la justicia y en otras cosas que entendieron ser negesarias en aquellas partes. E luego partieron de aquella cibdat ( ... »
Es una estancia de paso, los Reyes Católicos desde Medina del Campo se dirigen a Córdoba para reanudar la guerra de Granada, que en este año de 1487 será la campaña de Loja. En Toledo estuvieron los Reyes Católicos: «Algunos días proveyendo en la administración de la justicia y en otras cosas que entendieron ser negesarias en aquellas partes. E luego partieron de aquella cibdat ( ... »
MARÍA VALENTINA GÓMEZ MAMPASO
Fuente: http://www.realacademiatoledo.es/files/toletum/0050/02.pdf
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