sábado, 14 de marzo de 2015

Las casas de Garcilaso en Toledo I

Escribió Rafael Alberti:

«Si Garcilaso volviera,yo sería su escudero;que buen caballero era...»

Garcilaso, caballero y poeta, nació en Toledo,en “la más felice tierra de la España”, según sus palabras.

Tierra entonces de gran relevancia política y cultural,que quizás contribuyó a forjarla personalidad y trayectoria del hombre.

Hubo dos casas de Garcilaso:
La casa en la que nació, la propiedad familiar, y la casa de su propiedad, en la que habitó de casado.

Garcilaso nació probablemente en 1499. Su padre, el comendador Garci Laso de la Vega (nieto de Elvira Lasso de Mendoza, hermana del primer Marqués de Santillana) falleció en 1512.



Su madre, doña Sancha de Guzmán (nieta de Fernán Pérez de Guzmán, autor de Generaciones y Semblanzas y tío del Marqués de Santillana). fue señora de Batres (Madrid).

Garcilaso tuvo seis hermanos:

– Leonor, la mayor, casó con don Luis Portocarrero.
– Pedro, el heredero,
será uno de los principales jefes de la sublevación comunera.
– Fernando, soldado, morirá en el cerco francés a Nápoles.
– Francisco fue fraile dominico en San Pedro Mártir
y canónigo de la catedral de Badajoz.
– Gonzalo fue profesor en Salamanca.
– Juana será monja en el convento de Santo Domingo el Real.

El comendador había adquirido en 1493 el señorío de Cuerva, en cuya iglesia parroquial fue enterrado junto con su mujer y su primogénito Pedro Laso de la Vega.

Garcilaso, como segundón, sólo recibió en herencia, a la muerte de su padre, 80.000 maravedís
sobre los derechos de pasto de la ciudad de Badajoz.

La tradición ubicaba la casa natal del poeta en la hoy llamada calle de Garcilaso (antes callejón de Santo Domingo el Antiguo), en la zona más alta de Toledo.

A la derecha de la calle que sube desde la iglesia de Santa Eulalia al convento de Santo Domingo el Antiguo, frente a éste.

Nada queda de esa supuesta casa familiar, hoy centro de carácter administrativo. En el año 1900, el Ayuntamiento decidía poner a la calle el nombre del poeta y colocar, en el sitio en que debió hallarse la casa, una lápida conmemorativa.

Rafael Alberti contaba en La arboleda perdida:

«Perdida y mareada sombra era yo, cuando de pronto, en uno de esos imprevistos ensanches,se levantó ante mí un muro de yedra, entre la que clareaba algo.

Era una losa blanca, una lápida escrita. El temblequeo de un farolillo colgado a una hornacina me ayudó a descifrar:

“AQUÍ NACIÓ GARCILASO DE LA VEGA...”

La inscripción continuaba en letra pequeña... Y me pareció entonces como si Garcilaso se desprendiese de aquella enredadera y echase a caminar conmigo por el silencio nocturno de Toledo».

Sin embargo, las últimas investigaciones, llevadas a cabo por Jean Passini y publicadas en 2008, han modificado el emplazamiento de la casa natal del poeta:

Existían en la parroquia de San Román unas casas principales, propiedad del obispo de Coria, Vasco Ramírez de Rivera, que lindaban con casas de Pedro López de Padilla y con la plaza que había delante de éstas.

En 1491 compraron estas casas don Garci Laso de la Vega y doña Sancha de Guzmán.

En 1497 adquirieron la situada en la esquina con la actual plaza de Padilla.

En 1504 compraron, también en la colación de San Román, otra casa que había pertenecido al mismo obispo, situada al lado de las casas principales, frente al monasterio de San Clemente.



Así pues, el matrimonio poseía unas casas principales, junto a la casa de los Padilla, del lado de la calle de las Tendillas de Sancho Bienaya, una casa accesoria, del lado de la calle que sube a San Román, con su puerta a la plaza que había ante la casa principal, y una casa en la esquina de la plaza delante de las casas de Padilla, del lado de la calle que desde las Tendillas sube a San Román.

La cochera de la casa de los Laso de la Vega se situaba en la calle que sube de las Tendillas hacia San Román (actual calle de Esteban Illán).

La casa paterna de Garcilaso se hallaba por tanto entre las actuales calle de Esteban Illán y plaza de Padilla.

La manzana donde se situaban las casas familiares tenía esquina a dos calles, una que subía a San Román y otra que bajaba a Santa Leocadia.

Su fachada daba a la calle de Esteban Illán, que comunica la plaza de Tendillas con la plaza de Padilla. Ocupaba la práctica totalidad de una de las aceras de la calle.

El conjunto de casas estaba integrado por la principal, situada hacia la mitad de la calle, y las accesorias, a sus costados.

La puerta principal daba a una plazuela situada al otro lado, al Norte, hoy absorbida por la Facultad de Humanidades.

Lindaban las casas con la de los Padilla que tiene fachada principal a la plaza del mismo nombre, y por el otro lado había una placita, y por la fachada cruzaba la calle pública.

En 1504, tras la última adquisición, el matrimonio instauró mayorazgo a favor del primogénito, Pedro Laso; en el documento notarial se enumeran las posesiones que forman el mayorazgo, entre las cuales se mencionan «unas casas de nuestra morada en la dicha ciudad, a la colación de San Román, las cuales alindan con casas de Pedro López de Padilla y con otras de Santo Domingo el Real y con las calles públicas».

Debió de ser mansión importante porque sirvió de alojamiento a ilustres visitantes:

En 1498 acogió a don Manuel, rey de Portugal, cuando viajó para desposarse con Isabel, una de las hijas de los Reyes Católicos. Y en 1526 en ella se hospedó, cuando estuvo en Toledo, Germana de Foix.

Aquí probablemente nació Garcilaso (aunque también pudo haber nacido en Batres, el señorío materno), aquí pasó su infancia y juventud, y aquí vivió hasta casi los 30 años:

Hasta 1525 como soltero y 3 años más tras su boda, hasta adquirir su propia residencia en 1528.

A la muerte de doña Sancha (en fecha desconocida), las casas familiares pasaron a propiedad de Pedro Laso y luego a los sucesores de éste.

En 1616, don Pedro Laso de la Vega Niño y Guzmán, biznieto del hermano mayor del poeta Garci Laso, vendió las casas de su mayorazgo en la parroquia de San Román, que estaban “viejas y maltratadas”, a la Compañía de Jesús.

Los jesuitas las cedieron en permuta al Hospital de la Misericordia, que hasta ese momento ocupaba la actual plaza de San Román.

El análisis de los documentos de los siglos XV, XVI y XVII guardados en los archivos del Hospital de la Misericordia pone de manifiesto la existencia de una placita, al Norte, delante de las casas principales.

En 1617, el Hospital de la Misericordia, al transformar la casa para su nueva función, cerró la plazuela.

Desaparecida esta plaza, será olvidada, y ello ha determinado la confusión constante entre dicha plazuela y la plaza de Padilla y por tanto la confusión asimismo en la ubicación del palacio.

El palacio de los Laso de la Vega se encontraba en el espacio ocupado en el siglo XIX por el Hospital de la Misericordia.

Las casas se utilizaron como establecimiento hospitalario hasta la Desamortización. Entonces pasaron a depender de la Diputación Provincial.

La Diputación las derribó en 1964. En la actualidad parte del solar está ocupado por un edificio propiedad de la Diputación que linda con la Facultad de Humanidades.

De la demolida casa natal de Garcilaso sólo se salvó una bella ventana gótica que se halla colocada sobre la puerta de la Audiencia Provincial, en la plaza del Ayuntamiento.

El resto de la portada de la Audiencia, datado a fines del siglo XV, procede del derribo de la casa de los Peromoro, vecinos de la casa conyugal de Garcilaso.

La educación inicial de Garcilaso corrió a cargo de su ayo, el caballero don Juan Gaitán, y de su preceptor, el canónigo de la catedral toledana don Pedro de la Peña,  quien Garcilaso instituirá como albacea testamentario (aunque estipulando que, si la Cruzada se entrometía en las cláusulas de su testamento, las mandas y legados pasasen a poder de su esposa).

El ayo solía ser un caballero de buena fama, que se encargaba de formar al joven en los usos propios de su clase social, mientras que el preceptor solía ser un clérigo culto, que le enseñaba los saberes de la época.

Don Juan Gaitán, letrado, contino real y caballero de Santiago, vivió en el Palacio de Caracena, hoy derruido, en el actualmente conocido como Pasadizo de Balaguer, que fue un paso abierto por el uso a través del palacio.

La casa tenía su puerta principal en la plaza del Ayuntamiento y una puerta accesoria de estilo gótico en la calle de la Ciudad, que aún se conserva.

El edificio lindaba con el convento de la Trinidad, lo que permitió a Juan Gaitán y a su familia (militantes comuneros) escapar de sus perseguidores durante los disturbios de las Comunidades, abriendo un boquete en la medianería.

Pese a la huida, don Juan posteriormente fue detenido y murió en prisión.

El Pasadizo, comunicación entre la plaza del Ayuntamiento y Santo Tomé, recibe el nombre de Balaguer debido a que hasta hace poco en él un anticuario de tal nombre tenía su tienda y en él exponía su abigarrada mercancía, dándole al paso un aspecto mucho más vistoso que el actual, aunque aún conserva cierto aire de misterio.

Junto a la casa de los Laso, estaba la de los Padilla y ambas familias mantendrían relaciones. Tanto Pedro Laso como Juan de Padilla participaron en el levantamiento comunero provocado por el descontento que generaron entre los regidores de las ciudades las primeras actuaciones de Carlos I.

Tras la derrota de los comuneros en Villalar, don Pedro tuvo que huir de su casa (tras haber peleado contra su hermano Garcilaso, que militó en el bando del emperador). Don Juan fue decapitado y su viuda, María Pacheco, huyó de Toledo.


El corregidor Zumel ordenó derribar la casa de los Padilla y cubrir con sal su solar, para que ni la hierba creciese en él, pero los toledanos comenzaron a llamar el lugar con el nombre del rebelde, perpetuando así su memoria.

La plaza de Padilla surgió en gran parte por esta demolición punitiva; a comienzos del siglo XVI la plaza era bastante más pequeña: limitaba con la fachada principal de los Padilla, cuyo edificio ocupaba más de la mitad de la actual plaza, y con la casa accesoria de los Laso de la Vega, parte de la actual fachada de la Facultad de Humanidades.

En el interior de ésta subsiste un patio columnado. También participó en la rebelión comunera la familia de Guiomar de Carrillo, mujer que quizás fue primer amor de Garcilaso.

Doña Guiomar vivía en la plaza de las Capuchinas y era por tanto casi vecina de Garcilaso. Ella misma declara en su testamento que, siendo ambos solteros, habían mantenido una larga relación de la que nació el primer hijo de Garcilaso, Lorenzo Suárez de Figueroa.

Guiomar hizo testamento a favor de este hijo de ambos un año después de la muerte de Garcilaso, posiblemente por el incumplimiento de la viuda en cuanto a las disposiciones testamentarias del poeta, que establecían que se protegiese y educase al joven.

Quizás Garcilaso y Guiomar no pudieron casarse debido a la pertenencia de ella a una familia comunera, pero Lorenzo parece haber sido un hijo querido e importante para Garcilaso, como lo demuestra el apellido dado al niño.

Garcilaso, sin embargo, casará con una joven escogida por los monarcas:

doña Elena de Zúñiga, dama de la infanta Leonor de Austria, hermana de Carlos I.

Garcilaso casó en 1525.

Tras su boda, durante tres años Garcilaso y Elena habitaron en el hogar de la madre del poeta, debido a la escasez de viviendas que la presencia de la Corte ocasionaba en una ciudad de espacio limitado y rápido crecimiento.

En 1527 Garcilaso intentó comprar casa en la parroquia de San Bartolomé de Sansoles, pero no lo consiguió.

El 11 de marzo de 1528 Garcilaso y Elena adquirieron sus propias casas, la casa conyugal, cerca de la vivienda familiar. Las casas se hallaban en la colación de Santa Leocadia.


Publicado por Caminante en 4:37 
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