jueves, 25 de junio de 2020

El Jardín del Claustro de la Catedral de Toledo en el Siglo XVI (I)

Jardín del claustro de Santa Fe.: fotografía de Museo de Santa ...
El claustro de la catedral nos muestra, como ningún otro de la ciudad, un jardín (hortus conclusus) de grandes proporciones y cuidado exquisito, jardín que en su esquema compositivo se repite en otros muchos claustros y patios monacales de la ciudad, 

Presentamos aquí los datos obtenidos a través de los fondos de Obra y Fábrica, del Archivo catedralicio, que nos muestran el diseño, por Nicolás de Vergan!, y primer plantío de este jardín a partir del año 1580, 

Los documentos nos permiten ver así el planteamiento de un jardín tardo renacentista, con inclusión de obra mudéjar, a la vez que desmienten algunos de los datos y leyendas que autores contemporáneos habían introducido sobre el origen de alguna de las especies que lo adornan . 





La fábrica del claustro se realizaría bajo el mandato del Arzobispo D, Pedro Tenorio, quién compró, con regulares artes, parte del Alcaná a los mercaderes judíos -, y encargó los planos y dirección de la obra al maestro mayor Rodrigo Alfonso, colocándose la primera piedra el 14 de agosto de 1389, víspera de la celebración de la Virgen, día que en él se mantendría una tradicional costumbre asociada al agua almacenada en sus aljibes . 

El claustro bajo se terminaría en 1397, prolongándose la trucción del alto hasta 1425, siendo arquitecto maestro de obras de la catedral Rodrigo Alonso, 

Claustro catedral de toledo jardines de invierno de estilo ...De construcción gótica, consta el claustro de veinte arcos (cinco en cada lado) que forman 24 bóvedas de arista y claves con armas del obispo Tenorio, Estaban decoradas por Berruguete las paredes con escenas de la vida de Jesucristo y su pasión, siendo renovadas en el XVII por Bayeu y Maella con temas de santos toledanos.

Unas verjas de hierro, mandadas hacer por el cardenal conde de Teba, separan el claustro del jardín, formando así un cuadrado de 150 pies de lado. 

Unas últimas obras de limpieza, realizadas a final del pasado siglo, desgastaron aún más los capiteles decorados que engalanaban la obra y servían de marco excepcional al jardín.

 En el jardín del claustro de la catedral de Toledo, quizá el elemento más destacado, además de las especies vegetales, es el agua. Fue construido en parte sobre el antiguo misná, patio de las abluciones de la mezquita mayor. 

En el claustro, el agua, procedente de la lluvia, se recogía desde las escorrentías de los inmensos tejados de la catedral para ser depositada en aljibes" siendo descritos puntualmente por Parro: «Hay para su riego dos grandísimos estanques de piedra, en donde se vierten canalones de la parte alta toda el agua que cogen, cuando llueve, los extensos tejados de la Iglesia y claustros por aquel lado. y debajo de estos estanques (que nunca se ven agotados) se encuentran unas curiosas cisternas 6 aljibes adonde se filtra parte del agua de aquellos, de la cual usan los dependientes de la Catedral y varios vecinos de aquel barrio quiénes se deja surtirse de allí para sus casas gratuitamente.

 Como veremos, los estanques originales, situados hoy sus bordes a nivel de suelo, serían realizados en mampostería y ahora recrecidos con piedra sillar" regándose el plantío mediante una red de distribución de agua a manta, salvando mediante una red de arcaduces los andenes, complementándose la labor con el uso de cántaros de cobre, especialmente para los tiestos que completaban el plantel. Una fuente en medio, de mampostería, ladrillos y cerámica, reforzaba el frescor y adornaba el claustro, mientras que unos andenes permitían el paso a jardineros y paseantes. 

Ahora bien, como veremos, el riego se realizará también con agua procedente del río, traída a lomos de cuatro caballerías, por lo que descartamos el uso exclusivo del agua de los aljibes para tales menesteres. Además del uso casi exclusivo de naranjos y murtas en el plantío del jardín claustral', veremos cómo se comienzan a incluir especies más resistentes al frío invernal -laureles y castaños-, que, plantadas en la umbría, resisten mejor las heladas, evitando así el enorme coste y esfuerzo que supone sustituir continuamente a los naranjos y limoneros. 

Dicho proceso ha continuado hasta nuestros días, modificando totalmente el aspecto original del jardín que seguía la tradición musulmana de plantel de naranjos como especie única en el adorno de estos jardines de patio o claustro '. 

Hay que destacar el papel que los hortelanos valencianos tendrían en estos primeros años de existencia del jardín. En Valencia había una tradición mudéjar en el cuidado del jardín, se trataba de los Lligadors d'horts, es decir, labradores expertos en dirigir, injertar, entrelazar y ligar naranjos y mirtos especialmente. 

Ellos dominaban el cultivo del naranjo dulce, sobre el que utilizaban las técnicas del injerto y del entrecuzado de sus ramas, convirtiendo los naranjales en emparrados. Habían desarrollado también el gusto por combinar aromas, formas y colores que convertía en verdaderos jardines los lugares que los /ligadors trataban y por lo que sus conocimientos eran requeridos en muchos lugares '. 

Otras plantas se traerían de la comarca de la Vera de Cáceres -Jarandilla- y de jardines conventuales o particulares de la ciudad. 

Además de la construcción morisca en fuente, estanques, andenes y conducciones de agua, hay que señalar la notable presencia de macetas en el adorno del jardín claustral -y por extensión del claustro alto-. 

Se trata de un uso muy extendido en patios y jardines de la ciudad, y que se aleja de lo puramente anecdótico por el número de recipientes que continuamente son repuestos y que, suponemos, se situaban en puntos destacados -tal como hoy en día se nos presenta-, dando así a la jardinería toledana un carácter peculiar que se repite en otros patios, jardines y cigarrales de la ciudad. Hasta 1581 no encontramos datos sobre el jardín del claustro de la catedral. 

Probablemente, obras de acondicionamiento en la catedral forzaron la destrucción del jardín original y prolongaron la ocupación del claustro por cascotes y materiales de construcción. No sabemos quién dio las órdenes estrictas de poner en marcha el vaciado de escombros del jardín claustral, diseñar sus trazas o escoger los plantíos iniciales. 

Gaspar de Quiroga y Vela acababa de ser preconizado para la sede toledana (1577- 1594) Y nada nos hace pensar que su origen mesetario (Madrigal de las Altas Torres (Á vila) y sus estudios en Valladolid, Salamanca o Alcalá de Henares, pudieran prender en él el gusto por la jardinería. 

Sí conoció los espléndidos jardines romanos (1554) o napolitanos (1559-1563), visitando también Granada en calidad de asesor del monarca en el asunto del sometimiento de los moriscos (1570). Como veremos, su intervención directa en la aprobación del proyecto nos puede hacer pensar que sus recientes viajes pesaron en el acuerdo "'. 

Asimismo, hemos de pensar que la celebración del Concilio provincial de Toledo (1582-1583) pudo provocar el embellecimiento del claustro, o, definitivamente, el traslado a Toledo de los restos mortales de la patrona de la ciudad, Santa Leocadia, el 26 de abril de 1587, ocasión que sirvió para realizar reformas urbanísticas en la ciudad, adornar profusa mente sus calles y plazas, o realizar vistosas fiestas en honor de la patrona y de los ilustres visitantes, entre los que se encontraba el rey, los príncipes y numerosos nobles, embajadores y alto clero. 

Situación que, unos años antes, en 1564, y con motivo del traslado de los restos de San Eugenio, había conocido la ciudad, con una conjunción similar de fiestas, también con presencia real, y con la celebración de un concilio provincial. En este caso con el patio claustral lleno de escombros y falto del decoro que el prestigio de la catedral y del arzobispo reclamaba.

 El 5 de julio de ese mismo año el cabildo trata sobre "tomar a plantar el jardín del claustro". Reproducimos la interesante acta que nos permite saber cuestiones fundamentales para nuestro estudio 1': "Este dicho día estando los dichos SS. Dean y Cabo capitularmente ayuntados, saviendo visto la traba que truxü al cabildo el Sr Garcia de Loaisa, obrero y maestro mayor de obras para tornar a plantar el claustro desta Sta. Iglesia y haviendo tratado y platicado sobre ello dixeron q. la experiencia ha mostrado, que quitar el vergel que había en el dicho claustro ha sido cosa de mucho daño y incomodidad, no solo para la vivienda de ella, pues en verano ha hecho calurosa excesivamente y en invierno fría y llena de ayrc, sino para el edificio y fábrica de toda la claustra que esta puesta en peligro de caerse y arruinarse toda, y otros muchos graves inconvenientes que se han seguido de quitar los árboles que en ella avía y dexar y dexar un lugar público inútil para ningún bien, puesto para todas las incomodidades de los pobres de la ciudad, que antes lo era para tantos hienes y adornava religiosamente el sumptuoso edificio de esta Sta.

 Y glesia. Viendo pues los dichos SS. estos inconvenientes y otros mayores que ada día amenazaban San tratacdo muchas veces de suplicar al Señor Arzobispo nuestro prelado, mandase que se tornase a plantar y reducir a la forma antigua por que con esto se trava todo. Y

a si viniendo su Sao Ssma a esta ciudad por el año 15RO a visitar esta su Yglesia se le explicó con mucha instancia por todo el cabildo sin contradición alguna, lo mandase plantar. Y el dicho Sr. Cardenal y Arzobispo como cosa grave y que era una mudanza grande tuvo diversas consultas en ello, y en todas se resumieron que era bien se hiciese, y tornando su S. IIlma a esta Santa Iglesia este presente año de 1581. por la quaresma se nombraron por comissarios a los Sres. Don Alonso de Mendoza y Doctor Juan de Obregón, sus canónigos, para que tornase a trazar con Su IlIma. de esta materia y hacer instancia en este negocio, y los dichos ss. hicieron su oficio diligentemente, y saviendose tratado diversas veces con su Sao y pesado los inconvenientes y utilidades de esta obra, se vino a resumir en que se hiciese una traza por Nicolás de Vergara, maestro mayor de obras de esta Santa Iglesia y un tanteo de toda la costa q. tendría, lo qual se hizo, y vista por su IIlma. mandó traerla al cabo y que dixeren los dichos SS. su parecer sobre ello. 

Lo qual se hizo así y los dichos Srs. Dean y cabildo la vieron y aprobaron y tomaron a cometer al dicho Sr. doctor Obregón e diese instancia con su Sao Illma para con brevedad se concluyese. Lo qual hizo con toda solicitud y tornado todo a reveer assi la traza como el tanteo del gasto y el mismo sitio por su Sria. personalmente, hallándose presente el comisario del cabildo y obrero mayor y oficiales y maestro de obras, en lunes a X de julio de MDLXXXI se resumió a su Sra. Illma. que si a bien le parecía que se tomase a plantar y que su Sra. Seguiría la misma sentencia y así se bolbió al cabildo con este recaudo, los dichos sres. dixeron que davan gracias a su Illma. por el acuerdo y resolución, q. tomaba que le tenían por el más acertado que podía ser, y que le parecía que se comenzase luego, y as si lo suplicaron a su Ilma. y volviendo al Sr. Arzobispo con esta respuesta, se mando luego comenzar la obra y el mismo dia antes de comer, se comenzo a des solar por el angulo que cay hacia la capilla de Don P.o Tenorio. y el dicho dia X de julio 1581, los dichos sres. cometieron al Dicho García de Loaisa, obrero, ordenase al dicho acto tratar, relación e forma y porque para los tipos venideros y es bien que se sepa con el acuerdo y deliberación que esto se hizo mandaron a mi Juan Bautista lo escriviese en el libro capitular y se de otro tanto al obrero de esta Santa Iglesia para que lo haga sentar en los libros de ella". 

El texto nos muestra, de una forma gráfica, lo que esperaban los capitulares del jardín, habida cuenta de los trastornos que causaba la destrucción del anterior plantío, 




El que ahora se propone se hace siguiendo el modelo de aquél, directriz que probablemente Alonso de Mendoza y Juan de Obregón, comisionados para ello por el cabildo, lo tuvieran muy en cuenta. Resaltamos el papel que en la propuesta tuvo el Deán de la Catedral, Diego de Castilla, y, definitivamente, la labor del maestro de obras del templo en las trazas del jardín, Nicolás de Vergara, "el Mozo" (1540- 1606), por otra parte, magnífico arquitecto, escultor, rejero y vidriero.

 El 13 de julio de dicho año se pagaba a "Izquierdo y sus compañeros" cincuenta mil maravedies que se libraron "a buena quenta que ovieren de aver por la tierra que están obligados a traer al jardín del claustro. 

Son pagos que nos permiten anotar las primeras intervenciones sobre el recinto, que se desescombra al mismo tiempo. Siete días después se realiza un libramiento "Para los peones de fuera que hobieron a travajarse el jardín": "di cédula que diesen a Rodrigo de Gea, 17.000 rnrs. pagar los peones que se truxeron de fuera de la santa iglesia para travajar quando se quitaron las piedras del claustro para hacer el jardín". 

Los trabajos se prolongaron durante dicho mes, ya que el último día se pagó a Joan Izquierdo y sus compañeros 50.0000 mrvs. "que se les libraron a buena quenta de lo que han de aver por la tierra que están obligados a traer para el jardín del claustro", libramiento que se repite el último día de agosto, el 17 de septiembre y el 8 de octubre. 

En total se pagó la considerable suma de 200.000 rnrvs., para rellenar de tierra el vaso del que sería el jardín claustral. En noviembre se empiezan a comprar plantas, el día 16 se libró a Gregorio Borrecoso, vecino de Jarandilla, 6.800 rnrvs. "a buena quenta de cien ducados que a de aver por traer cierta cantidad de plantas de la Bera para el jardín del claustro".

 Se debería retirar aún cierta cantidad de cascotes, ya que el día 20 se paga a Juan Izquierdo 2.295 rnrvs. por trescientas y quarenta y cinco cargas de cascote, a cinco rnrs. la carga". Ahora se realizan los arreglos necesarios para regularizar los cuarteles. 

El 6 de diciembre de 1581 se ordena den a Jerónimo de Espinosa y Martín López, albañiles y vecinos de Toledo 121.703 mrvs. "Con los quales y con 20.535 ms. de cal y otros pertrechos de la dicha obra que se tasaron en la cantidad, quedaron acabados de pagar de cantería y de tajo de alvaniria [albañilería] que tomaron encargo del jardín del claustro conforme a las condiciones y asiento que hicieron que se les remató en trescientos setenta ducds. y diez ducados de prometido todo monta los dichos rnrs. 

En el perímetro del jardín se instalarían las rejas de madera, que no serían sustituidas hasta comienzos del siglo XIX por las actuales de hierro, ya que el 7 de diciembre se pagarán a Gregorio Ruiz, carpintero, 10.002 rnrvs. "que se libran a buena quenta de lo que ovieron de hacer por cerrar las rejas de madera los claros del jardín del claustro". 

De nuevo, a Juan Borrecoso vuelven a encargársele plantas, pagándole el 7 de diciembre 3.800 mrs. "porq. ovo de aver a buena quenta de cien ducados que están concertadas cierta cantidad de plantas para el jardín q. las a de dar presas". Al tiempo se hacen nuevos rellenos de tierra y se retiran, de nuevo, cascotes.

El 20 de diciembre se pagará a J oan Izquierdo 2.093 mrs., "que se le libran y 2776 fanegas de arena que trujo al claustro a siete mil cada una y por sesenta y tres cargas de casco que se lleve a tres mil y por pasar veinte dos fanegas de cal de la bóveda al claustro a dos mi!...". Detlnitivamente, el 20 de diciembre se le liquidan a Juan izquierdo y sus compañeros 54.430 mrvs., por terminar su tarea.


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