Diferentes manuscritos de traducciones y obras del siglo XII aparecen firmados con el nombre Iohannes Hispalensis o Iohannes Hispalensis et Limiensis, entre otras variantes.
Hasta la fecha no ha sido posible dotar a esta denominación de una personalidad clara, con datos distintos a los escasos que aparecen en dichos textos.
Según estos, la firma Iohannes Hispalensis se mantiene activa aproximadamente entre 1120 y 1150.
La traducción de la obra Secreta secretorum (Pseudo-Aristóteles) firmada por Johannes Yspalensis, está dedicada a Teresa de Portugal (1070?-1130). Esta dedicatoria, en la que se hace referencia a una conversación sobre medicina entre la reina y el traductor, unida a la denominación Limiensis de éste, han llevado a situarle en la zona de Limia (Portugal) entre 1120 y 1130.
La firma de las traducciones en las que sólo aparece este nombre, sin ningún colaborador, lleva a pensar que la persona detrás de ella dominaba tanto el árabe como el latín. Para algunos investigadores (M. T. D’Alverny, entre otros) se trataría de un mozárabe de Sevilla. Pero esto no puede tomarse por seguro mientras ningún documento así lo acredite.
En uno de los manuscritos que recoge la traducción de De differentia spiritus et animae de Qusta ibn Luqa se hace referencia a “Iohannes ispolñsis (sic) episcopus”. En dos de la versión latina del Liber universus de ʽUmar ibn al-Farrujān al-Ṭabarī las firmas son las siguientes: “magister Iohannes Hyspalensis atque Lunensis episcopus” y “magister Iohannes Hispalensis et Lunensis episcopus”. Por tanto, según estas denominaciones, el traductor podría haber sido obispo. Esto, unido a la hipótesis expresada en el párrafo anterior, ha llevado a pensar que detrás de ese nombre podría haber un obispo mozárabe de origen sevillano, razón por la cual dominaría tanto el árabe como el latín.
La traducción de De differentia contiene una dedicatoria al arzobispo de Toledo Raymond de Sauvetât (1126-1152). Está acreditado que el traductor Domingo Gundisalvo utilizó esta traducción para la realización de su obra De anima, pese a que él sólo reconoce el uso del De anima de Avicena. Estos son los únicos datos documentados de su relación con Toledo.
La mayoría de las obras firmadas con este nombre (traducidas y de creación propia) versan sobre astronomía y astrología. Este interés científico concreto apoya la hipótesis de que detrás de la firma Johannes Hispalensis había una persona distinta a Johannes Hispanus y otros.
Las investigaciones sobre la Escuela de Toledo desde Aimable Jourdain han indagado sobre las tres denominaciones: Johannes Hispalensis, Johannes Hispanus y Avendauth.
El desarrollo historiográfico y la elaboración de diferentes hipótesis al respecto provocaron un embrollo biográfico, según las palabras de C. Foz. Las últimas investigaciones, encabezadas por C. Burnett, tienden a la idea de que se trataba de tres personas distintas. La maraña biográfica se ha compuesto de diversas hipótesis, que pueden resumirse en dos ideas fundamentales: en primer lugar, que tras esas tres denominaciones había un solo hombre; y en segundo, que se trataba de dos. Ambas arrancan de un error que cometió Jourdain al leer el prólogo que Avendauth escribió a la versión del De Anima de Avicena. Error que fue detectado por D’Alverny un siglo después.
La obra está dedicada al arzobispo Juan (Johannes) (1152-1166) por el traductor Avendauth. En su lectura Jourdain entiende que el nombre Johannes es el nombre de pila del traductor Avendauth, cuando en realidad es el nombre del arzobispo al que va dedicada la obra. Este error de lectura provocó la identificación de Avendauth con los dos Johannes. El embrollo se acrecentó gracias a la casi homonimia de J. Hispano y J. Hispalense, el uso de abreviaturas en los manuscritos y los posibles errores de los copistas a lo largo de los siglos.
A partir de aquí se desencadenaron múltiples hipótesis que combinan los nombres y los aspectos biográficos de todos ellos de diversas formas. Además de la identificación de los tres nombres en una persona, Johannes Hispalensis habría sido la misma persona que Johannes Hispanus, para algunos autores; para otros Hispanus habría sido Avendauth, y éste podría haber sido Johannes Hispalensis. Habrían entrado en juego también las denominaciones Johannes Toletanus y magister Johannes. Actualmente parece claro que debe distinguirse entre tres personalidades, de las que la de Johannes Hispalensis es la que permanece más opaca.
Pese a esta tendencia actual el asunto no parece en absoluto cerrado; podrían aparecer nuevas informaciones. El embrollo biográfico ha afectado también a la atribución de autorías, creándose un embrollo bibliográfico aún no resuelto y que debería resolverse con el análisis de todas las obras traducidas y de todos los manuscritos conservados.
http://www.larramendi.es/traductores_toledo/i18n/consulta_aut/registro.cmd?id=3066
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