domingo, 9 de agosto de 2015

El Origen de La Santa Hermandad


Si el recinto amurallado de Talavera de la reina fue fortalecido con el foso y la amplitud del recinto por los musulmanes,que ya hasta a Alfonso VI le pareció y resultó insalvable, tuvo que ser ayudado desde dentro para poder reconquistarnos, con éste rey cristiano, se refuerza aun mas, se abren nuevas puertas y mejoran las estructuras de nuestras preciosas torres albarranas. 

Puerta de San Pedro.

Si seguimos el recinto y las puertas, que le abrían paso, contando las torres que en su rotundidad elevada y presencia impetuosa, lo marcaba, podremos llegar a imaginar cuan magnífica aparecía nuestra ciudad ante los ojos del viajero con inquietudes de conocimiento, o comerciantes de agudo sentido que descubrían en nuestra ciudad el centro importante tanto en situación, artesanía o avidez de sus habitantes en el desarrollo de los negocios, o del aguerrido guerrero que con ansias de conquistas, se aproximaba hasta nuestras murallas, que ya desde la lejanía desalentaba al acercamiento y en la cercanía con el parapeto de su barbacana y la profundidad de su foso inundado del agua de su vigilante Tajo, replanteaba sus intenciones de fuerza.

Así nuestras murallas, resultaban engalanadas por nuestras puertas de acceso a la ciudad, que desde y empezando por el magnífico puente que cruzaba el tan apreciado y temido río Tajo, daba y cobraba derecho de acceso a la puerta del río, ésta debía ser con torreón cuadrado con la abertura en su misma base, dando aspecto de túnel a los dos arcos que configuran el paso. 



La puerta de Mérida, que daba paso a los visitantes que venían desde esta ciudad o dirección siguiendo la calzada romana que era eje central para las comunicaciones entre ciudades, el nombre también nos indica que en esta dirección no había ninguna ciudad importante entre las mismas, compuesta de torres redondas, que a diferencia de las albarranas defensivas marcaban con elegancia el acceso a la villa, provista de arco central y decorada con otro arco bajo las almenas que como dentada boca sonriente al cielo, recorría el recinto, protegiendo al instruido vigía en la observancia de las amenazas del horizonte. 

La tercera puerta era la del Arco de San Pedro, conocido con este nombre por la proximidad a esa parroquia, hasta la época de Alfonso VI no se conoce el nombre de la misma, constituía la entrada y defensa de este lado de la ciudad. 

La puerta de Zamora, con su torre cuadrada y mirando y dando acceso a los visitantes de la ciudad que su nombre indica, impulsaba al viajero o visitante con orgullosa altivez y por último con leyenda en su nombre la Puerta de Cuartos, que como torre cuadrada y difuminándose mas que las demás en la estructura de la muralla, daba acceso a la villa bajo su arco correspondiente que abría y daba paso a variedad de visitantes, tan transitada era esta puerta que proliferaron los mesones y posadas a su alrededor.

Tan bién protegidos y ya con menos riesgo de ataque tras la batalla de las Navas de Tolosa que parece deja a los almohades con menos ganas de invasiones, nos surge un problemilla, los segundos hijos y demás de los nobles, que su única posibilidad de vida por ser segundones es la de las armas o el sacerdocio, empiezan a salir en su vida ociosa por los campos circundantes de la ciudad para entretenerse ocasionando pillaje, violaciones y desmanes a los agricultores, ganaderos y apicultores que empiezan a proliferar por los montes alentados por la seguridad que da no ver ejércitos de un lado a otro. 

Los colmeneros es un gremio que prolifera, y que en base al genero que producen, se esparcen por dichos montes, encontrándose solos y alejados de las ayudas y leyes imperantes en las ciudades, recubren los paneles con muros de piedra, para evitar el ataque de los osos existentes en esa época en la zona, y construyen cuevas para ocultarse a la vista de los golfillos que así les llamaban a estos aburridos bandoleros. 



Pero tanto es el mal que les producen que junto con sus colegas de Toledo, forman la primera Santa Hermandad, unión que pretende poder detener, juzgar y ajusticiar a esos golfillos que tanto mal provocan, esta hermandad tiene jurisdicción solo fuera de las ciudades, se les concede permiso real, instalándose el derecho de asadura, consistente en el pago por paso de ganado por los territorios custodiados y se habilitan cárceles en las ciudades, separadas del resto para estos delincuentes, la nuestra estaría en la puerta de Zamora. 

Una de las benevolencias que se concedían era que la noche antes de la ejecución, el reo pidiese el perdón público para su alma y solicitase el dinero para poder ser enterrado, los integrantes de esta hermandad se vestían con ropajes verdes, de ahí la expresión "a buenas horas mangas verdes", en relación a lo tarde del arrepentimiento, nuestra calle del perdón se encuentra entre la Corredera del Cristo y la Calle Ubeda.

 ¿Cuantas almas se salvarían?. Esta unión de colmeneros y mas tarde resto de agricultores y ganaderos en peligro de ultraje, Santa hermandad, da pie a la actual Guardia Civil.

Fuente: http://generaciontalavera.blogspot.com.es/2014_03_01_archive.html

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