domingo, 12 de julio de 2020

Historia de la Vega Baja (y II)

Del siglo XIV al XVIII

A lo largo del siglo XIV el territorio de la Vega Baja adquirió una nueva función de manos de la Mesta que la convierte en descansadero de ganados y lugar de control dentro de la red de cañadas.

Y el propio municipio compró distintas propiedades para crear un ejido para el pasto de los ganados destinados al abastecimiento de la población. 


A comienzos del siglo XVI se fundó el convento de Mínimos de San Francisco en la antigua ermita de San Bartolomé. 

En la obra trabajan arquitectos como Alonso de Covarrubias, Nicolás Vergara el Mozo, Juan Bautista Monegro y Bartolomé Zúmbigo. El año 1515 se construyó el convento de santa Susana cerca de la Casa de la Monja centro de un barrio que se despuebla en el siglo XVIII.

En el lateral izquierdo aparece dibujada la ermita del Cristo de la Vega antes de su destrucción por las tropas francesas, de nave única con fachada alta y espadaña en su remate con una pequeña edificación al fondo y otra de gran tamaño en su lateral con un patio grande cercado en su parte posterior. 





Y junto a la ermita y basílica del Cristo de la Vega, la ermita de San Idelfonso con la ermita y un pequeño cementerio posterior. A finales el siglo XVIII y con la llegada del gobierno ilustrado de Carlos III el proyecto de las Reales Fábricas creó en Toledo el inicio de un complejo industrial de importancia para la ciudad y de valor singular por la conformación que posteriormente ha tenido como ciudad industrial. 

La Fábrica de Armas de Toledo comenzó con el proyecto diseñado por Sabatini que construye el primer edificio del conjunto. A lo largo de los siglos XIX y XX se consolida un conjunto de edificios que son un ejemplo de la evolución constructiva de este período y un excelente ejemplo de la arquitectura industrial de nuestro país ahora rehabilitados como campus tecnológico universitario de la Universidad de Castilla-La Mancha.

El Siglo XX

El Plano de Rey Pastor de 1926 presenta la zona de la Vega Baja próxima a la ciudad histórica con la Basílica del Cristo de la Vega, el Cementerio clausurado, las ruinas del circo romano cuya planta dibuja y en cuyo interior aparece ya la Venta de Aires y en su extremo el Solar del convento de Mínimos y el solar de la Basílica goda de Santa Leocadia. 

Aparecen indicados los caminos como Camino del cementerio Viejo, Camino de la Fábrica de Armas, un camino este - oeste que lleva a un emplazamiento probable de la necrópolis árabe y el que lleva al Cristo de la Vega. Más al norte sigue dibujando terrenos agrícolas. 



El año 1944 Regiones Devastadas compra una amplia zona del antiguo descansadero de ganado para la construcción el barrio de Bloques.

Parte del suelo de la Vega Baja comienza a estar inmerso en los procesos de planeamiento urbano que definen el crecimiento de la ciudad.

 En la actuación de Toledo, en la Vega Baja, Regiones Devastadas plantea una actuación de construcción de viviendas que propone el nuevo crecimiento de la ciudad en una zona próxima al conjunto histórico. 

Después de largo tiempo sin disponer de este instrumento se pone en marcha la redacción del Plan Especial de Toledo. 

Se constituyen una comisión técnica y otra directora que aúnan esfuerzos institucionales y coordinan las relaciones entre administraciones. 

La redacción del Plan especial se encarga a Joan Busqets que, a partir de una amplia documentación elaborada por la administración regional, municipal y del Ministerio de Cultura, establece unas bases sólidas para el futuro desarrollo de la ciudad. 

El Plan Especial del conjunto histórico de Toledo mantiene las zonas de protección de los ejes de acceso a la ciudad manteniendo zonas libres de visión. 

Recoge la tradición del planeamiento de la segunda mitad del siglo XX y establece una serie de arcos visuales que definen la necesidad de liberar amplias zonas del territorio para garantizar las visuales de la ciudad histórica desde el entorno próximo.

Finales del Siglo XX y comienzos del nuevo Siglo

En el año 2004 comienza a elaborarse un nuevo Plan de Ordenación Municipal de Toledo (POM) cuyo Documento de avance para la concertación administrativa se presenta en Julio de 2004.

El POM presenta el crecimiento de la ciudad con un triple criterio: diseñar una ciudad unitaria y cohesionada, integrando las partes de Toledo y mejorando los sistemas estructurantes, diseñar una ciudad sostenible y compatibilizar modernidad y monumentalidad.

El POM pretende dejar aislado, en alguna medida, la zona histórica de la ciudad de Toledo, pero sus actuaciones tienen una incidencia importante en la misma.


Las relaciones entre legislación urbanística y de protección del patrimonio histórico y sobre todo la incidencia de decisiones de planeamiento de ciudades que integran zonas de la ciudad consideradas como conjuntos históricos son fundamentales.

Y en este caso afectan a un elemento básico de la ciudad de Toledo como es su integración en el territorio, a la forma en que se define el paisaje urbano.

El POM en estos aspectos suscita las críticas de la Real Sociedad Geográfica, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la Real Academia de la Historia, de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, de ICOMOS y de la Real Fundación Toledo, entre otras instituciones y personas que consideran que las vegas tienen valores arqueológicos y paisajísticos que deben protegerse y conservarse.

Las excavaciones realizadas en la zona antes de las obras de construcción comienzan a cuestionar seriamente la actuación dado el interés científico de los hallazgos a pesar de la reducida zona excavada.

Los valores arqueológicos, las reflexiones sobre el paisaje y la realidad patrimonial de la ciudad de Toledo ponen en cuestión los planteamientos del nuevo POM y en especial en lo referido a la Vega Baja. 



El debate abierto en muchos foros sobe la realidad patrimonial de la ciudad de Toledo, las aportaciones jurídicas y teóricas realizadas desde diferentes ámbitos llevan a la administración regional, competente en materia de patrimonio histórico a adoptar decisiones sobre el territorio. 




El presidente de la JCCM, José María Barreda asume la decisión de considerar la zona como espacio patrimonial, arqueológico y paisajístico, a proteger, suprimiendo las viviendas a ubicar en ese espacio y planteando un proyecto de futuro como espacio cultural de la ciudad.

 El anuncio de proteger este espacio como zona patrimonial, dejando en suspenso el proyecto de construcción de viviendas, se realiza en marzo del 2007 y abre un nuevo camino en el desarrollo de este importante territorio de la ciudad de Toledo.


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