La Iglesia se ha servido de las campanas desde tiempo inmemorial para esplendor del culto, adorno de las festividades y para llamar a los fieles y excitarles a distintos actos de piedad.
Su sonido nos recuerda las circunstancias más solemnes de nuestra vida, nuestras alegrías y dolores
Hay artículos y poesías delicadas en torno a las campanas. Pero nosotros queremos ahora solamente hacer notar a nuestros lectores que en Sonseca los toques de campana constituyen toda una institución, son sus reglamentos y todo.
Tal es el detalle conseguido, sobre todo en los toques fúnebres, que todos nosotros desde nuestras casas podemos enterarnos de quién se ha muerto, si es hombre, mujer o niños y qué clase de entierro o funeral tenga.
Por eso, dejando aparte los demás toques, ya por todos conocidos, pasamos a dar una información respecto a estos toques para que sepamos comprender este delicado lenguaje de las campanas.
Si se muere uno durante el día, se toca en cuanto se comunica; si ocurre después del toque de ánimas, se deja para el día siguiente. Se quebranta esta norma si el difunto es un sacerdote.
Si es un niño, se toca un repique general. Si es mujer, se tocan once campanadas sueltas y dos clamores. Si es hombre, trece campanadas sueltas con tres clamores, ignorándose lo que motivó esa diferencia. Después, siempre que se toquen las campanas por cualquier motivo, mientras en el pueblo se encuentre alguien de cuerpo presente, se da a continuación un clamor.
Al funeral y al entierro de quinta se toca un tin-tan deprisa.
Al de cuarta le corresponde también un tin-tan, pero algo más despacio.
Siendo el tin-tan aún más despacio para el de tercera.
Para el de primera y segunda se dobla con tres campanas, distinguiéndose en que el toque para el de primera es más despacio.
Esto no es una novedad, pues muchos entienden los toques; pero, ¿desde cuándo es así? Hemos consultado a nuestro ínclito José Peces, gran artista en el manejo de las campanas, y nos ha dicho que él entró hace cuarenta y un años y eso fue lo que aprendió; pero él inventó el poder tocar tres campanas él solo al mismo tiempo.
Veamos en este lenguaje de las campanas la manifestación de un sentido cristiano colectivo, y si hoy escuchamos un fúnebre tañido, sepamos que lo único que intenta es solicitarnos una oración por nuestro hermano o hermana que nos ha precedido en el grandioso viaje a la eternidad.
Este articulillo está firmado por las iniciales A. G.
El título original: LAS CAMPANAS. Fue publicado por SONSECA, ÓRGANO DE INFORMACIÓN PARROQUIAL en diciembre de 1957.
http://salvapecesds.blogspot.com.es/2009_07_01_archive.html
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