Esta congregación se funda en Toledo en 1250, era, en origen, un corral con única entrada, flanqueada por el picadero del marqués de Malpica, cuyo antepasado, Per Afán de Ribera, poseyó incluso, el solar de la plazuela que cedió a las monjas en 1397.
La brisa porta los recuerdos de vecinos tan antiguos como Diego Alfón, caballero toledano dueño de casas grandes antes de 1292 y cuyo nieto fue alcalde mayor de Toledo y cuya hermana María Meléndez, casó y enviudó de Suero Téllez de Meneses (sobrino del arzobispo Gutierre Gómez) sin sucesión, por lo que el 12 de marzo de 1369 donó los palacios a la comunidad femenina de Santa María y San Damián.
Mas, un murmullo resentido, me recuerda que ante la puerta del palacio de Diego Alfón celebraron sus juicios los alcaldes toledanos en el siglo XIII, carente el juzgado de local propio y siendo Alfón alcalde mayor. Esta tendría un tejadillo para proteger del sol y la lluvia a litigantes, testigos, juez y escribano.
Esta Plaza es el centro de un conjunto arquitectónico típico del Renacimiento, compuesto por el Convento de Santa Clara y el Palacio del Marqués de Malpica, de alto valor histórico en Toledo.
El Palacio del Marqués de Malpica y su torre mirador, Convento de Santa Clara y el Cobertizo de Santa Clara y la Calle de Alfileritos, y hacia el norte, la Mezquita del Cristo de la Luz.
El Convento de Santa Clara la Real lo encontramos en la plaza del mismo nombre. En un rincón está la portada medieval de entrada al templo, formado por una serie de construcciones, tanto civiles como religiosas.
Su origen lo tenemos en el año 1250, cuando estaba en las afueras de la ciudad, pero en 1369, se traslada al lugar actual, unas casas donadas por Doña María Meléndez, esposa del Alguacil Mayor de Toledo,
A finales de este siglo, ingresan en el convento dos hijas ilegítimas del rey Enrique II de Castilla, Doña Inés y Doña Isabel, a raíz de lo cual se amplía el templo con unas casas mudéjares colindantes y que hoy son la parte más antigua del convento, formada por el claustro de los Naranjos y los salones contiguos. A partir de entonces, las ampliaciones se fueron sucediendo, gracias en parte a sus benefactores, entre los cuales se encontraban la monarquía, los nobles y el clero.
A comienzos del siglo XV, se construye la Iglesia gótica-mudéjar y el claustro de los Laureles, también mudéjar.
https://josealopezvillarrubia.wordpress.com/2014/10/11/paz-y-bien-plaza-de-santa-clara/
http://www.unaventanadesdemadrid.com/toledo-iv.html
http://www.revistaiberica.com/
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