jueves, 2 de abril de 2020

Los Arzobispos de Toledo en el Siglo VII: Helladius

Los Concilios de Toledo, las asambleas del poder visigodo ...Heladio es el prelado - paradigma de todos los demás. 

Ildefonso siente por él una gran simpatía y veneración, según se desprende de. las expresiones que utiliza, al tejer su silueta biográfica..

Personaje principal de la corte real, ilustrísimo miembro del aula regia y encargado de la administración de los negocios públicos -regiae aulae illustrissimus publicarumque rector existere! rerum. 

A pesar de su alto rango palatino, en las horas de asueto no tenía empacho alguno en llegarse al monasterio agaliense y mezclarse con los miembros de aquella comunidad, interviniendo como un religioso seglar en las tareas del monasterio. 

Pero lo que costituyó un golpe. espectacular fue que un dia renunció a sus cargos civiles, y se retiró al citado cenobio para comenzar allí de una manera definitiva su profesión religiosa.

Posteriormente fue elegido abad y por sus méritos y ansias de perfección, ordenó la vida monástica y acrecentó el estado ecocómico del monasterio. 

Ya casi anciano, fue elevado al pontificado toledano contra su voluntad -vi coactus-. La primera vez que aparece en las fuentes el monasterio agaliense es con ocasión de la profesión en él del prócer Eladio. 





Este cenobio gozó de importante renombre en la historia eclesiástica toledana durante el siglo VII. 

Carecemos de toda clase de información sobre la fundación y emplazamiento de él. La denominación oficial debió ser la de monasterium sanctorum Cosmae el Damiani, pero en el 'lenguaje usual era conocido como agaliense .. desde muy antiguo la ubicación del citado Monasterio constituyó un enigma para los investigadores. 

Se ha pensado en un fantástico Agali, que sería el fundador de él y del que hubiera tomado el nombre  

Creemos, sin embargo, que la denominación deriva más bien del paraje de su localización, es decir, en el camino de las Galias -ad galiense iter- ya que un proceso semejante se produjo siglos después con la designación de los Palacios de Galiana. 

Ello, de ser cierta nuestra conjetura identificaría ambos lugares en lo que hoy se denomina Castillo de Galiana, en la parte Nordoriental de la ciudad. La romanización de este paraje está fuera de duda. 

En sus cercanías se encontraron fragmentos de mosáicos en lo que fue una villa romana. 

La mencionada calzada romana, que llevaba a las Galias, además la cercanía del río utilizable para el riego de aquellos campos, hacen de este lugar un .itio sumamente apetecible para la instalación en él de un monasterio, separado del ajetreo ciudadano y, al mismo tiempo, cercano a la ciudad. 

Si como pensamos, e1 lugar debe identificarse con el que actualmente ocupa el llamado Castillo de Galiana no es extraño que los monjes visigodos gustasen de habitar un lugar tan apetecible como para que tiempos después los árabes levantaran allí una finca de recreo para descanso de sus gobernadores. 

Allí fue también donde el botánico árabe Ibn Wafid exornó el paraje, completamente llano, con sus mejores colecciones de plantas. Eladio ha pasado a la posteridad como un dechado de misericordia y caridad, distribuyendo gran número de limosnas entre los necesitados en grado tal que parecía que de su mismo estómago partiese la exigencia de atender a los miembros indigentes y esto fuera necesario para reanimar sus entrañas . 

El episcopado de Eladio coincide 'con los años en que reinó Suíntila (621-631).

 Suíntiila, a pesar de ser electiva la designación para la monarquía visigoda, ,intentó hacer hereditaria en su familia la corona real, asociando al trono a su hijo Ricimero.

La conjuración de Sisenando en el 631 dió al traste con Sisebuto y con su hijo. 

Pero sospechamos que estos intentos de Suíntila tuvieron también su influjo en el metropolitano. De hecho sabemos que Eladio llevó consigo a la residencia episcopal a uno de los monjes de su monasterio llamado Justo I, dándose con ello lugar a un cisma episcopal, que duró varios años, entre la candidatura episcopal y la monacal, como se verá en los dos arzobispos siguientes. 

Murió muy viejo, después de dieciocho años de episcopado, al que había ascendido no muy joven, fessis pene senia artubus ud pontifica tus apicem evocalur, nos dice su biógrafo.

 Coincidió con los reyes Sisebuto, Suíntila y ,los comienzos de Sisenando. 

Su ,fallecimiento se sitúa en el año 633, meses después del destronamiento de Suíntila, que se afirma fue para el mes de marzo del 631, ya que gladio pudo conocer el comienzo del reinado del sucesor Sisenando.

Por J. F. RIVERA RECIO 
Canónigo Archivero de Toledo

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