Y al igual que casi todas las ciudades con interés geográfico, como ricas en sus posibilidades de autoabastecimiento, cuando el imperio que las rige entra en decadencia por los motivos mas comunes, estos si que no cambian a lo largo de generaciones, civilizaciones o tiempo transcurrido, el interés en su conquista se hace tan evidente, que se mejoran las defensas físicas y se está alerta personalmente, pero ni así se ha evitado al final una conquista, cuando el conquistador, ha sido persistente en la espera y el daño minucioso y constante de la paciencia en querer lo peleado.
Como en casi todos los casos, Caesaróbriga cayó también en manos de la conquista de los alanos, siendo romana y dejando de serlo para hacernos visigodos. Un lío de enemigos, aliados y conquistadores aliados, lo cierto es que una civilización más nos va a aportar costumbres y tradiciones, que nos conforman en lo que somos ahora.
Transcurría el S.IV, y el Imperio andaba en serios apuros, al igual que unos siglos antes, parecía que todos los dioses se habían puesto de acuerdo para ayudar al pueblo romano en sus conquistas y así crear un gran Imperio, ahora parecía haber sucedido lo mismo, pero a la inversa, las luchas internas por el poder, como es habitual en la historia, desorganizaban la estabilidad romana y desorientaba a sus ciudades en el gobierno de las mismas, dando pie al abuso por parte de los que mantenían el poder, por otro lado la religión, estos cristianos persistentes y aferrados a su creencia monoteísta, sembraban de ideas de divinidad única con paraíso tras la muerte, todo el extenso territorio que tan costoso de conseguir había sido, ya hasta en las filas del ejercito, incluso algunos gobernantes importantes, seguían a estos predicadores cristianos imparables y las fronteras eran atacadas constantemente por los Germanos, que batalla a batalla, iban mermando las fuerzas y el territorio del gran imperio, llegando a saquear, una parte de ellos, los visigodos, hasta la Gran Roma.
Y nosotros mientras, pues atacados por suevos y alanos principalmente, que con sus caballos veloces y jinetes expertos arqueros en cabalgada, además de asombrarnos en su maestría y cánticos llevados al campo de batalla, nos saqueaban o aliaban dependiendo del ejercito que les pagase, y así, en un golpe de suerte, uno de sus reyes Atax, se hizo con la conquista de Augusta Emérita, y por ende, y como capital nuestra, nos tocó ser alanos, cierto es que por poco tiempo y con poca o ninguna influencia, pues era un pueblo extraño, que prefería vivir en los bosques y montes cercanos a las ciudades conquistadas, que en medio de ellas, disfrutando de todos los beneficios que esto les podía reportar. Pero les duró poco, un visigodo amigo, aliado, o pagado por Roma, luchó hasta conseguir la corona y así en menos de 6 años, pasamos de ser Romanos a Alanos y quedarnos en Visigodos.
Esta traición o defensa de intereses romanos, le vino bien al Visigodo que ante la retirada, ahora ya casi completa del Imperio, de la Península Ibérica, se hicieron con el control de las ciudades y así con gran parte de la Hispania romana.
Lo cierto es que entraron despacio, como aliados, pero haciéndose sitio y aprovechando las oportunidades, pueblo inteligente parece, o lo típico, estar en el lugar, buscando donde quedarse, dicen era en realidad su propósito, en el momento adecuado, sea como fuere, lo cierto es que ahora eramos visigodos y debíamos cambiar algunas costumbres y creencias para que la convivencia fuera posible.
Lo cierto es que entraron despacio, como aliados, pero haciéndose sitio y aprovechando las oportunidades, pueblo inteligente parece, o lo típico, estar en el lugar, buscando donde quedarse, dicen era en realidad su propósito, en el momento adecuado, sea como fuere, lo cierto es que ahora eramos visigodos y debíamos cambiar algunas costumbres y creencias para que la convivencia fuera posible.
Pero al igual que su entrada, la imposición de sus tradiciones y cultos, la hicieron despacio, reformaron los templos, adaptándolos a su culto cristiano arriano, que no es el católico, diferenciándose de éste en su creencia en la divinidad de Jesús, si es hijo de Dios pero no es divino, en fin, como fuese, cristianos eran y construyeron sus templos y adaptaron sus ciudades, en tranquilo pero claro avance, así sus calles principales pasaron a ser la del sol y la del puente, conservando su orientación a los puntos cardinales, eso sí, el trazado creció, los templos del foro se adaptaron al Dios cristiano y las necrópolis se encuentran alrededor de ellos, ésta fue la base de nuestra preciosa Colegiata, sus construcciones mas sobrias, sin la delicadeza romana,
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